En la clausura de unas jornadas organizadas por la Fundación Ideas, el candidato socialista coincidió con la reflexión que el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, hizo sobre la importancia de la Unión Europea, pero la exhortó a "salir de su ensimismamiento".

Europa, aseguró, tiene que mejorar su proceso de toma de decisiones, porque hasta ahora han sido sobre todo "reflejo de sus incertidumbres", y debe también "hacer pronto lo que sabemos que hay que hacer".

Lo que hoy se percibe "caro" de ejecutar y de aplicar, advirtió, hace dos años no lo era tanto y dentro de un año puede ser "carísimo".

Lo primero es que las instituciones ya creadas "funcionen" de forma efectiva, también apostar por la solidaridad con una tasa sobre las transacciones financieras, proteger el euro contra la especulación mediante eurobonos, afrontar el cambio climático con realismo después del "fracaso rotundo" de la UE en la cumbre de Copenhague, y aprobar un presupuesto "más ambicioso para que la austeridad no ahogue el crecimiento económico y la creación de empleo".

Su visión de la crisis se basa en que no la han provocado los valores de la izquierda, sino las políticas de la derecha, a pesar de lo cual los ciudadanos desconfían de la política en general, "de unos y de otros".

Han sido políticas socialdemócratas, aseguró, las que "han evitado el drama humano" y las que han permitido crear a lo largo de décadas una serie de redes de protección social que han amortiguado el impacto de la crisis.

También en España, precisó, y sentenció por ello que la socialdemocracia "ha funcionado" ante la crisis, y la superación de las dificultades pasa por reivindicarla y "actualizarla".

Si algo ha demostrado la crisis es, en opinión del candidato socialista, que el modelo neoliberal "no funciona" y la solución pasa por expandir la igualdad de oportunidades, extender la capacitación, aumentar la participación política, impulsar la responsabilidad social individual y empresarial, y aumentar la transparencia y el control sobre los mercados.

Para ello, reclamó el papel del Estado como "regulador, supervisor, garante de la protección social y de mecanismos de redistribución que deben ser más eficaces".

Al hablar de reforma del capitalismo, añadió, hay que tener claro que existe el riesgo de crecer sin ganar equidad, y eso acaba siempre atentando contra el propio crecimiento.

Defendió también el papel de lo público, que cuando funciona bien, "y somos capaces" de ello, es una "garantía de eficiencia y de cohesión social".