Según informó este martes el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), durante su tarea de vigilancia marítima, el 'Vigía' recibió una llamada de socorro de una embarcación a la deriva en la madrugada del 28 de agosto mientras navegaba en aguas de la Zona Económica Exclusiva de Angola.

Tras calcular el área de probabilidad, pues la embarcación desconocía su propia posición, el 'Vigía' inició la búsqueda y consiguió detectarla. El pesquero se encontraba ya sin corriente eléctrica y, por tanto, sin capacidad de utilizar su equipo de radio. El buque español se aproximó a corta distancia para establecer comunicaciones con su sistema de megafonía e identificar positivamente al pesquero, confirmar sus necesidades y proceder a auxiliarle.

El pesquero, de pequeño tamaño, comunicó que llevaba cinco días a la deriva tras quedarse sin motor el lunes 23 de agosto a más de 70 millas de la costa de Angola con cinco tripulantes a bordo sin comida ni bebida.

REMOLQUE OBLIGADO

El 'Vigía' envió una embarcación propia con personal cualificado para prestar asistencia mecánica al pesquero, que tras evaluar los daños y verificar que la avería no tenía arreglo posible en la mar, por lo que el remolque era la mejor opción.

Para ello, en primer lugar, se embarcó a los tripulantes del pesquero a bordo del ‘Vigía’, donde se les recibió con ropa de abrigo, asistencia sanitaria, alimentación y se les proporcionó una zona de descanso. Por último, se preparó la maniobra de remolque para poder preservar la integridad de la embarcación hasta un lugar seguro.

Por otro lado, el 'Vigía' contactó con el Centro de Operaciones Marítimas de Angola, así como con sus autoridades militares con el fin de coordinar la transferencia de las cinco personas y la embarcación averiada hasta aguas territoriales angoleñas, objetivo que se logró tras diecinueve horas de remolque a las cuatro de la madrugada del domingo 29 de agosto.