En su intervención en el VI Foro de la Energía de ‘El Economista’, Imaz defendió que dicha medida se debería mantener mientras dure esta situación excepcional de altos precios de la electricidad para el consumidor y mientras no haya un mecanismo en frontera para ayudar a la competitividad de las empresas.

Según Imaz, la cuestión está en quién va a pagar la factura de la transición energética por lo que sostiene que si se reducen el coste de los derechos de emisión se evita que dicha factura la asuman los consumidores y la industria.

A este respecto, advirtió de que Europa tiene que llevar a cabo “una Transición eficiente tratando de buscar el menor coste de la misma” teniendo en cuenta que el viejo continente es responsable solo del 7,7% de las emisiones en el mundo, porcentaje que en el caso de España es del 0,9%.

“No podemos pensar que vamos a correr indefinidamente y el resto no provocando consecuencias en el recibo eléctrico y en la competitividad de la industria”, prosiguió Imaz, quien denunció que fruto de esta situación se cierran plantas en Europa para trasladar su producción a Turquía, India o China.

Como consecuencia, según denunció, “perdemos empleos industriales y esa empresa produce de forma menos eficiente, emitiendo más y aumentando la huella en el mundo”. En esta línea, indicó que el impacto en el planeta es el mismo “en Móstoles que en Shanghái”.

“Los derechos de CO2 son un elemento para descarbonizar pero a qué precio”, concluyó Imaz, quien sostuvo que existe especulación en ese mercado. “Hay que ser ambiciosos pero creo que hay que pensar que mientras no haya mecanismos de ajuste en frontera la industria europea va a sufrir y mucho”.