Según Europa Laica, “la sentencia da por buena la discrecionalidad y los méritos netamente irracionales que el Ayuntamiento argumentó para otorgarla”. Asimismo, la asociación protestó por que “esta medalla y la sentencia conculcan la aconfesionalidad y neutralidad exigida a las instituciones del Estado”.

“La política no puede basarse en las creencias religiosas particulares de los cargos públicos”, añadió Europa Laica en un comunicado, que recordó que el Ayuntamiento argumentó que en 1646 una epidemia de peste asoló la ciudad, se organizaron rogativas y procesión con la imagen de la Virgen, y la peste desapareció; y que en 1730, durante la epidemia de fiebre amarilla, toda la corporación asistió a una función solemne a modo de voto ante la imagen de la Virgen, con el mismo resultado.

El Ayuntamiento también subrayó que que en 1755, un maremoto amenazó destruir Cádiz, y que los frailes dominicos sacaron en procesión la imagen y que la ciudad se salvó de la violencia del mar.

Según Europa Laica, el tribunal “retuerce” la interpretación de los méritos aducidos y argumenta que “la valoración de los mismos se hace por los encargados de hacerlo dentro de su libertad de conciencia religiosa del artículo 16 CE sin que corresponda al presente juzgado determinar la realidad o no de la intervención divina de la Virgen en las epidemias y maremotos que conforman sus méritos”.

En este contexto, la asociación llama a la ciudadanía, a las fuerzas políticas y agentes sociales, “al compromiso para avanzar en la laicidad del Estado, como valor democrático en una sociedad diversa, que debe impregnar la función pública y no el tufo decimonónico que se respira en muchas instituciones”.