Alimentación

La mitad de los bebés menores de dos años no realiza el mínimo de comidas solidas necesarias, denuncia Unicef

MADRID
SERVIMEDIA

Solo la mitad de los bebés de entre 6 y 23 meses (período crítico en el que se realiza la transición a la alimentación sólida) ingieren a diario el número mínimo de comidas recomendado, y apenas uno de cada tres consumen el número mínimo de grupos de alimentos que necesitan para desarrollarse de forma adecuada.

Así lo pone de manifiesto un análisis realizado en 91 países por Unicef, recogido en su informe ‘¿Una alimentación para el fracaso? La crisis de la alimentación infantil en los primeros años de vida’, publicado este miércoles en vísperas de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana.

Según sus conclusiones, uno de cada tres niños en esta edad crítica no reciben los nutrientes necesarios para desarrollarse, lo que les perjudicará a lo largo de toda su vida.

Estas pautas apenas han mejorado durante la última década y, de acuerdo con el informe, pueden incluso empeorar debido al impacto social y económico de la Covid-19.

Por ejemplo, una encuesta realizada entre los hogares urbanos de Yakarta —capital de Indonesia— descubrió que la mitad de las familias se vieron obligadas a reducir la compra de alimentos nutritivos. Como resultado, el porcentaje de niños y niñas que consumen el mínimo de grupos de alimentos recomendados se redujo en un tercio en 2020, en comparación con 2018.

En este trabajo, Unicef advierte de que los niños y niñas pueden sufrir las secuelas de una alimentación y unas prácticas alimentarias deficientes durante el resto de sus vidas.

Una ingesta insuficiente de los nutrientes que se encuentran en verduras, frutas, huevos, pescado y carne agravan el peligro que corren los niños y niñas de padecer deficiencias en su desarrollo cerebral y su aprendizaje, alertó a organización.

Apuntó que este déficit hace también que su sistema inmunológico sea más débil y aumenta la posibilidad de tener infecciones que podrían provocarles la muerte.

Según Unicef, los niños menores de dos años son los más vulnerables a todas las formas de malnutrición (retraso en el crecimiento, desnutrición aguda, deficiencias de micronutrientes y sobrepeso y obesidad) como resultado de una alimentación deficiente, debido a que necesitan una mayor cantidad de nutrientes esenciales por kilogramo de peso corporal que en cualquier otro momento de sus vidas.

A nivel mundial, Unicef calcula que más de la mitad de los menores de 5 años con desnutrición aguda –unos 23 millones de niños y niñas–tienen menos de dos años.

Destaca además que la prevalencia del retraso del crecimiento aumenta rápidamente entre los 6 meses y los dos años, ya que la alimentación infantil no se ajusta a sus crecientes necesidades en materia de nutrición.

El documento subraya también que los niños y niñas de entre 6 y 23 meses que viven en zonas rurales o en hogares pobres tienen muchas más probabilidades de recibir una alimentación deficiente, frente a sus homólogos urbanos o más ricos. En 2020, , la proporción de niños alimentados con el número mínimo de grupos de alimentos recomendados era dos veces mayor en las zonas urbanas (39%) que en las rurales (23%).

Por todo ello, Unicef hizo un llamamiento a gobiernos, donantes y organizaciones de la sociedad civil para aumentar la disponibilidad de alimentos nutritivos –como frutas, verduras, huevos, carne y pescado y alimentos enriquecidos– a un precio asequible, incentivando su producción, distribución y venta al por menor; aprobar normas y leyes nacionales para evitar que los niños pequeños consuman alimentos y bebidas procesados y ultraprocesados poco saludables, y poner fin a las prácticas de comercialización perjudiciales dirigidas a los niños y las familias.

(SERVIMEDIA)
22 Sep 2021
AGQ/man