Esa guía está publicada en la revista ‘British Medical Journal’ y la OMS instó al laboratorio Regeneron, que los fabrica, y a los gobiernos a abordar el alto precio y la producción limitada de la combinación de esos anticuerpos y a garantizar su manipulación segura y adecuada.

Dado el alto coste y la baja disponibilidad de esa terapia combinada, la OMS pidió a Regeneron bajar los precios y distribuirla de manera equitativa en todas las regiones, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, y transferir la tecnología para permitir la fabricación de versiones biosimilares con el fin de que todos los pacientes que puedan necesitar este tratamiento tengan acceso a él.

Paralelamente, la OMS también lanzó una convocatoria a los fabricantes que deseen presentar versiones de biosimilares para la precalificación, lo que permitiría un aumento de la producción y, por lo tanto, una mayor disponibilidad del tratamiento y un mayor acceso.

Además, existen desafíos de viabilidad relacionados con los anticuerpos, como el requisito de la administración intravenosa para pacientes ambulatorios. Cuando se requiera la administración intravenosa, las clínicas especializadas necesitarán cantidades adecuadas de anticuerpos, así como personal capacitado para garantizar la administración segura y eficaz del fármaco.

La OMS advirtió de que, para no agravar la inequidad en salud y la disponibilidad limitada de la terapia, los pacientes que son seropositivos (aquellos que tienen anticuerpos naturales contra la Covid-19) no reciban el tratamiento.

Los médicos también deben identificar a los pacientes graves o críticamente enfermos con estado seronegativo (aquellos que no han desarrollado anticuerpos naturales contra la Covid-19 y que pueden beneficiarse más del tratamiento) a través de pruebas precisas disponibles en el punto de atención.