El CNOO hizo estas reclamaciones con motivo del Día Mundial de la Visión, que se celebra cada año el segundo jueves del mes de octubre y en el que las organizaciones reclaman una mayor atención respecto a la salud visual.

Según apuntó, la incorporación de estos profesionales a la sanidad pública supondría un ahorro de 70 millones de euros al año, reduciría las listas de espera y ayudaría a prevenir muchos problemas visuales.

“La mitad de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con una detección temprana y el tratamiento correcto”, destacó el decano del CNOO, Juan Carlos Martínez Moral. "A través de un examen visual, el óptico-optometrista no solo es capaz de determinar si una persona padece algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que puede percibir una sospecha diagnóstica de anomalías que afectan a la salud ocular, como cataratas, retinopatía diabética o deficiencias visuales, que pueden provocar una pérdida irreversible de la visión, y referir al paciente al especialista correspondiente".

El Día Mundial de la Visión forma parte de una iniciativa conjunta entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB). Su objetivo es sensibilizar a la opinión pública sobre la ceguera y la discapacidad visual como grandes problemas de salud pública a nivel internacional y educar acerca de la prevención de la ceguera a través de los buenos hábitos visuales.

Con una campaña que lleva por lema #LoveYourEyes (Ama tus Ojos), la meta de este año busca que más de un millón de personas se comprometan a hacerse un examen visual o a cuidar sus ojos. En base a lo que la IAPB define como ‘las cuatro P para amar tus ojos’ (prevenir, proteger, preservar y priorizar), el CNOO ha desarrollado una frecuencia de visitas recomendadas en función del perfil de cada paciente, que ayudará a prevenir muchas enfermedades oculares, ya que muchos tienen el riesgo de sufrir una deficiencia visual que no está siendo compensada por desconocimiento.

Así, recomendó visitar al profesional óptico-optometrista al menos una vez al año en caso de que no se perciban síntomas que indiquen alguna afección, aunque si se es consciente de algún problema ocular, lo recomendable sería acudir cada seis meses para evitar que este se agrave con el paso del tiempo y la edad.

El CNOO aconsejó también realizar un primer examen visual optométrico y oftalmológico cuanto antes durante la infancia; revisar la visión cada dos años entre los 20 y los 40, siempre que el problema no obligue a acortar ese plazo; acudir una vez al año a partir de esa edad, y desde los 55 años, realizar varias visitas anuales.