El Comité Federal del PSOE convocó formalmente ese congreso, que se celebrará en Sevilla los días 3, 4 y 5 de febrero, con todo el calendario previo del proceso que debe concluir con el relevo de José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la Secretaría General.

La reunión comenzó con intervenciones de Zapatero y Rubalcaba abiertas a los medios de comunicación para rendir cuentas del resultado electoral y enfocar el futuro inmediato del partido.

Después, el máximo órgano de dirección del PSOE entre congresos debatió a puerta cerrada durante más de seis horas, hasta pasadas las cinco de la tarde, con la intervención de cerca de cincuenta dirigentes.

Cuando habían hablado unos treinta, hacia las dos y media de la tarde, Zapatero respondió con una reflexión centrada en el análisis de la derrota y en la petición al PSOE para que, gane quien gane el congreso, el partido afronte con responsabilidad su labor de oposición, ya que la situación económica de España sigue siendo “muy grave”.

Cuando todos los dirigentes habían concluido sus intervenciones, fue Rubalcaba el que cerró la reunión, para recuperar con más intensidad el mensaje de que el programa con el que concurrió a las elecciones es una buena base para definir la estrategia del PSOE en los cuatro años de oposición que tiene por delante, y tratar de recuperar la mayoría electoral.

En su primera intervención, Rubalcaba justificó su campaña y aseguró que las prioridades de los socialistas no han cambiado desde la noche electoral. Según informaron asistentes a la reunión, en el cierre a puerta cerrada insistió en que ese programa puede ser utilizado para construir la alternativa del PSOE.

Recuperó también la idea de que la crisis está castigando a todos los gobiernos europeos, de derechas o de izquierdas, pero hace más mella en los progresistas porque su electorado es más reticente a las medidas que deben tomarse para atajar las consecuencias de la crisis.

Los socialistas dan por hecho que la ponencia marco para el congreso se redactará a partir del programa. El PSOE tiene que enviar esa ponencia a las agrupaciones el 8 de enero, y el día 25 debe estar disponible la memoria con las enmiendas que se debatirán en el congreso de febrero.