Daño cerebral

Las familias de personas con daño cerebral piden participar en la elaboración de políticas públicas

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Madrid
SERVIMEDIA

Los familiares de las personas con daño cerebral han reclamado la participación del movimiento asociativo en la elaboración de políticas públicas encaminadas a atender sus necesidades.

Lo hicieron durante el acto central del Día Nacional del Daño Cerebral organizado en Servimedia, donde se presentó el dosier del estudio ‘Modelos de Atención al Daño Cerebral’.

En el acto estuvieron presentes el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad del Gobierno de España, Jesús Martín Blanco; el presidente de la Federación Española de Daño Cerebral (Fedace), Luciano Fernández; el director del Instituto Inico de la Universidad de Salamanca, Miguel Ángel Verdugo; la directora del centro de día de la Asociación Nueva Opción de Valencia, Inmaculada Íñiguez; y Ruth Ambrós, trabajadora social de la Asociación Ictus de Aragón.

Inmaculada Íñiguez explicó la participación del movimiento asociativo en el desarrollo de la estrategia de daño cerebral adquirido de la Comunidad Valenciana, la cual se remonta al año 2015, algo que consideró clave para que las políticas públicas cuenten con el marco adecuado.

Subrayó la importancia de que la persona con daño cerebral sea “considerada en todo su conjunto”: sanitario, social, educativo y laboral, contando, además, “en todo momento con la familia”.

Además, señaló que el Gobierno autonómico valenciano ha comenzado a trabajar en la revisión de la referida estrategia, cuyo contenido debería ser, desde su punto de vista, “fácil de replicar en otros territorios”. También reclamó la creación de una entidad a nivel nacional que “actúe de vigilante” sobre la realidad de las personas con daño cerebral.

Ruth Ambrós indicó que en Aragón no existe un código específico de diagnóstico ni un tratamiento concreto para el daño cerebral. En el caso de Aragón, y en clave de ictus, reseñó que la atención puede considerarse adecuada, con ocho áreas sanitarias y dos unidades específicas en los hospitales de referencia: el Clínico Universitario Lozano Blesa y el Miguel Servet, ambos radicados en Zaragoza.

Atestiguó que el Plan de Atención al Ictus ha permitido que haya dejado de ser una “causa irremediable” de discapacidad, al tiempo que celebró que el ‘Código Ictus’ haya facilitado la coordinación entre los médicos a distintos niveles.

A pesar de ello, denunció la falta de neuropsicólogos y las carencias en la fase crónica de estas personas, que lleva a que tras el alta muchos de ellos no vuelvan a ser recibidos en consulta por los neurólogos.

Ruth Ambrós concluyó su intervención reivindicando una “neurorrehabilitación específica” para las personas con daño cerebral, ya que, “al igual que no hay dos personas iguales, no hay dos ictus iguales”. También manifestó que el 90% de los ictus se podría prevenir si se sabe cómo. “Es la labor en la que se tiene que incidir”, sostuvo.

ESTUDIO

Por su parte, Miguel Ángel Verdugo presentó los resultados de un estudio realizado por él mismo junto con dos profesoras de la Universidad de Salamanca en cuya elaboración colaboraron los profesionales y las organizaciones integradas en Fedace y las consejerías de Sanidad y Servicios Sociales de prácticamente todas las comunidades autónomas.

El trabajo busca dar luz sobre la situación de las personas con daño cerebral a partir de una descripción individualizada por comunidades y comparando la realidad entre ellas.

En ese sentido, Miguel Ángel Verdugo observó que “falta un modelo de atención unificado para toda la población con daño cerebral que abarque desde los primeros momentos hasta la fase crónica”.

También comentó que otras carencias detectadas son la ausencia de una “base legal apropiada”, la falta de recursos y de coordinación, y el déficit de un protocolo de actuación determinado en lo relacionado con los daños cerebrales tras haber sufrido un traumatismo.

Ante esta situación, recomendó la fusión del modelo de cuidados y el de apoyos, incentivar el papel de las familias, solucionar la carencia de neuropsicólogos y facilitar el acceso a fisioterapeutas y logopedas, servicios que “tardan mucho ponerse en marcha” y cuyo acceso es, en ocasiones, inasumible en términos económicos para muchas personas.

Por último, apostó por individualizar la atención a las personas con daño cerebral, puesto que hay ocasiones en que puede haber “casos similares, pero que no requieren las mismas atenciones”.

(SERVIMEDIA)
31 Oct 2021
MST/mjg/clc