Esa es la conclusión que ambos extrajeron del debate que mantuvieron en la segunda sesión del debate de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Erkoreka le alertó de que los desafíos pendientes "desbordan a una simple mayoría absoluta", y le reclamó una política penitenciaria que ayude a consolidar la paz.

Rajoy le respondió comprometiéndose a dialogar sobre las "muchas" cosas que les unen y a contar con el PNV para consolidar la paz desde bases "lógicas, sensatas y morales", y también en todo lo relacionado con la política económica, especialmente la industrial.

Erkoreka le agradeció esa disposición a hablar "en el campo de la prudencia y discreción" y le emplazó a dialogar sobre esas bases en dos campos, la gestión del anuncio de ETA y la política industrial.

Aunque no escuchó compromisos concretos que permitan un apoyo "activo" en la investidura, Erkoreka dijo que el voto en contra sería puramente simbólico frente a una mayoría absoluta, "y no estamos para simbolismos vacíos".

Con independencia de lo que finalmente voten, Rajoy le exhortó a dialogar en esos ámbitos, convencido de que hay mucho terreno para "trabajar juntos en defensa del interés general".

De todo el debate, Erkoreka se quedó con la oferta de diálogo de Rajoy en dos ámbitos concretos, "apuntalar la paz" y la política industrial.

Rajoy no le desmintió, y de hecho se comprometió a hablar con su grupo, comenzando con la presentación de la ley de estabilidad presupuestaria, comprometido con respetar la Constitución sobre la singularidad vasca.