En relación con otro estudio que realizó la consultora en 2018 sólo se ha incrementado en un 2,77% el porcentaje de mujeres directivas. En la posición de mandos intermedios las mujeres suponen el 33% de los empleados, frente a 31,52% del estudio de hace cuatro años.

Según el informe, solo un 9,4% de los consejeros delegados o directores generales de empresas privadas son mujeres. Porcentaje aún más bajo en los puestos de directores de división, donde las mujeres representan apenas el 5,7%, cifra apenas superior al 4% de 1994.

“Una explicación posible es que la presión social e incluso mediática de los últimos años, en favor de la paridad, haya inducido a algunas empresas a reforzar la presencia femenina allí donde esta es más visible: el Consejo de Administración, los cargos de alta dirección y las direcciones funcionales. Y menos en puestos que no aparecen en las memorias de la compañía o en los medios de comunicación”, destacó e el CEO de Ceinsa, Josep Capell para explicar el hecho de que haya más presencia de mujeres en la alta dirección que en escalones inferiores como las jefaturas de división.

En el área de Recursos Humanos las mujeres suponen el 49,4% de los directivos, igual que en el área de calidad. Marketing y Logística son las otras posiciones laborables donde las mujeres representan más de un 40% de los directivos. En el extremo opuesto, la dirección de operaciones y de fábricas representan cifras mucho más bajas, del 4,5% y del 5,4% respectivamente, siendo inferiores, por tanto, incluso, a los porcentajes de consejeras delegadas.

En lo referente al tipo de empresas, el estudio apunta cómo la actividad de la empresa ha sido un factor determinante de primer orden de la presencia de la mujer en puestos ejecutivos, siendo ésta claramente mayor en las empresas de servicios y productos de gran consumo y menor en las actividades industriales más clásicas.