Estos objetivos incluyen ampliar las iniciativas para prevenir y controlar el sobrepeso y la obesidad, intensificar las actividades para crear entornos alimentarios que promuevan dietas seguras y saludables, apoyar a los países para abordar la desnutrición aguda, acelerar las acciones de reducción de la anemia, ampliar la promoción y el apoyo de la lactancia materna de calidad y fortalecer los sistemas de datos de nutrición, el uso de datos y la capacidad.

En la actualidad, un tercio de todas las personas del mundo se ven afectadas por al menos una forma de desnutrición. Más del 40% de todos los hombres y mujeres (2.200 millones de personas) tienen sobrepeso o son obesos. Mientras, las dietas poco saludables están relacionadas con al menos 8 millones de muertes por año.

“La OMS se compromete a ayudar a todos los países a ampliar progresivamente el acceso a los servicios de nutrición esenciales como parte de su camino hacia la cobertura sanitaria universal y a fortalecer los sistemas alimentarios sostenibles para respaldar dietas saludables para todas las personas, en todas partes”, dijo el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

A pesar de las mejoras implementadas en todas las formas de desnutrición durante la última década, este progreso se ha desviado con tasas crecientes de inequidad, crisis climática, conflictos e inseguridades de salud global.

La carga múltiple de la desnutrición, como el retraso en el crecimiento, la emaciación, las deficiencias de micronutrientes, la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, coexisten cada vez más dentro de la misma comunidad, hogar e incluso dentro de la misma persona.

En las comunidades marginadas, la desnutrición infantil y la inseguridad alimentaria van en aumento. El año pasado, 149 millones de niños en el mundo tenían retraso en el crecimiento debido a dietas deficientes, falta de acceso a agua potable y servicios de salud, y otros problemas de accesibilidad. La desnutrición fue la causa subyacente de muerte del 45% de los niños que murieron el año pasado en el mundo.

Si bien hay signos positivos de progreso, como que el mundo está en camino de alcanzar el objetivo global de aumentar la lactancia materna exclusiva para 2025, la pandemia de Covid-19 alimentó la crisis nutricional. Esto ha afectado particularmente a mujeres y niños, y ha traído desafíos sin precedentes y la desviación de recursos de los sistemas mundiales de nutrición, incluida la salud, la alimentación, la protección social y la infraestructura de asistencia humanitaria.

"En la actualidad, menos del 1% de la asistencia para el desarrollo mundial se centra en la nutrición", aseguró el doctor Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS.