El informe prevé una contracción del PIB español del 1,2% en 2012 y del 0,6% para el próximo ejercicio y señala que no será hasta 2015 cuando la economía comience a crecer a tasas de en torno al 2%.

El déficit girará en torno al 6,1% en 2012 frente al objetivo de deuda del 5,3% asumido por España, y se reducirá al 3,4% en 2013, frente al 3% comprometido.

Además, a corto plazo, la economía española se enfrentará a un ajuste fiscal "profundo que reducirá la demanda interna”, advierte el informe.

De esta forma, el estudio prevé que la economía española no podrá salir de la recesión hasta mediados de 2013 y pronostica un “alto grado de incertidumbre” para el próximo año, ante factores como la crisis de la deuda soberana, la falta de confianza en los mercados financieros, o los retos del Gobierno de cara a la implantación de medidas de consolidación fiscal.

El estudio vaticina un aumento de la tasa de desempleo del 25,3% para la segunda mitad de este año, frente al 24,3% previsto por el Gobierno, aunque consideran que la reforma laboral propuesta por Mariano Rajoy promoverá la creación de empleo en el futuro.

Sobre el sector inmobiliario, el informe concluye que el precio de la vivienda seguirá cayendo durante los próximos tres ejercicios aunque la disminución en la inversión residencial se moderará este año.

Asimismo, las exportaciones se mantendrán como la principal contribución a la economía nacional con un crecimiento del 1,1% durante este año y del 2,9% para 2013, mientras que las importaciones descenderán un 8,4% durante este ejercicio.

En lo referido a la Eurozona, la recesión también se instaurará y prolongará en nueve de los 17 estados miembros ya que, según estima Eurozone Forecast, para 2013 habrá una contracción del PIB de la zona euro del 0,5% para posteriormente crecer el 1% en 2013 y el 2% a partir de 2015.

ZONA EURO

A nivel europeo las previsiones apuntan a una reducción de la inversión del 8,1% y un 0,7% del consumo para este año.

Desde EEF destacan el papel “clave” del Banco Central Europeo (BCE) ya que proporcionará un “amplio apoyo” a la economía de la Eurozona y recomiendan un reducción de tipos de interés de hasta el 0,5%, un aumento de las compras de bonos gubernamentales en aras de facilitar la refinanciación de la deuda de los países periféricos a tipos de interés asequibles.