Según informó Justicia, en todos estos nacionalizados “concurren como circunstancias excepcionales el mantenimiento de profundos e intensos lazos emocionales, históricos y afectivos con el Reino de España, conservando la tradición de su procedencia española con el consiguiente reflejo cultural de sus costumbres”.

El departamento que dirige Alberto Ruiz-Gallardón destacó que en el caso de la comunidad sefardí, “su vinculación con España se debe al hecho de no haber perdido voluntariamente la nacionalidad -fueron expulsados- y del mantenimiento de la lengua y cultura española a lo largo de los siglos”.

Justicia explicó que la nacionalidad española se adquiere por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente por real decreto, cuando en el interesado “concurran circunstancias excepcionales y después de tramitar un expediente para cada caso particular”, como ha ocurrido en los que ha resuelto hoy el Gobierno.

Asimismo, el solicitante debe jurar o prometer fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las leyes. También deben renunciar a su anterior nacionalidad (salvo los naturales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal).