Rajoy suprimirá las instituciones "que no resistan una prueba objetiva de utilidad" o supongan un "coste desproporcionado"
- Dice que la crisis actual obliga a "repensar y evaluar la estructuración más adecuada de los poderes públicos"
- Justifica sus recortes para "consolidar el Estado de bienestar" y esgrime que "las épocas de crisis son tiempos de sacrificios"

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció este jueves que está dispuesto a suprimir todas las instituciones de la administración "que no resistan una prueba objetiva de utilidad o cuyo coste resulte desproporcionado para los ciudadanos".
Rajoy hizo este planteamiento durante la toma de posesión del hasta ahora tesorero del Partido Popular, José Manuel Romay Beccaría, como nuevo presidente del Consejo de Estado.
Delante del ahora miembro permanente del Consejo de Estado José Luis Rodríguez Zapatero y de varios ministros del PP, Rajoy aseguró que las medidas que está poniendo en marcha tienen como objetivo, entre otras cosas, "consolidar los logros del Estado de Bienestar".
Rajoy esgrimió que su "agenda reformista" incluye una "mayor eficacia en las instituciones administrativas a todos los niveles", convencido de que la crisis actual obliga a "repensar y evaluar la estructuración más adecuada de los poderes públicos".
En este sentido, pidió ayuda al Consejo de Estado para "arbitrar fórmulas más eficientes, de coordinación y reparto de competencias, de eliminación de duplicidades innecesarias, de solapamiento indeseables, con supresión incluso de entidades y organismos que no resistan una prueba objetiva de utilidad o cuyo coste resulte desproporcionado para los ciudadanos".
Rajoy reclamó un "ordenamiento jurídico más claro, menos complejo, más comprensible y más estable" en España y reconoció que, emprender este cambio, exige un "conocimiento de la realidad e intuición de la evolución futura, viable y deseable, de nuestras estructuras e instituciones públicas" que espera encontrar en el Consejo de Estado.
ELOGIOS ENCUBIERTOS A ZAPATERO
En este sentido, alabó que esta institución esté compuesta por "tantos perfiles de prestigio y experiencia en nuestra vida pública, entre ellos personalidades que han tenido las más altas responsabilidades de Gobierno".
Uno de ellos es el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que desde que abandonó el poder es uno de los miembros permanentes del Consejo de Estado. Rajoy no hizo ninguna alusión expresa a su predecesor en La Moncloa pero sí le saludó amistosamente al concluir el acto oficial.
El presidente del Gobierno ensalzó que los miembros del Consejo de Estado "desarrollan su labor sin mira particular ni interés privado" y forman parte de una institución que es "pieza capital en el código genético de nuestro constitucionalismo".
Afirmó que se trata de un órgano "irrenunciable" que ha visto pasar por sus oficinas a letrados, como en su momento fue Romay Beccaría, que constituyen "un excepcional semillero de talentos al servicio del país".
El presidente del Gobierno advirtió a los integrantes del Consejo de Estado de que van a tener "mucho trabajo" con las reformas que el Gobierno pretende desarrollar durante toda la legislatura, hasta el punto de reconocer que su asistencia será "más necesaria que nunca".
Sobre su compañero y amigo Romay Beccaría, Rajoy comentó que es un "hombre de diálogo, consenso y conciliación" y que siempre ha demostrado "buen hacer, mesura y lealtad institucional" allí donde ha trabajado. "No me cabe la menor duda de que vas a estar a la altura", remachó.
EL ENEMIGO DEL ULTRALIBERALISMO
Por su parte, el nuevo presidente del Consejo de Estado afirmó en su discurso de toma de posesión que España se enfrenta en estos momentos a la crisis económica y a otros tres "enemigos íntimos".
Romay Beccaría habló del ultraliberalismo, el mesianismo y la xenofobia como tres de los retos principales a los que se enfrentan las democracias modernas.
Frente a los partidarios a ultranza del liberalismo, Romay Beccaría parafraseó a Octavio Paz para recalcar que "el tema de nuestro tiempo sigue siendo la necesidad de armonizar la economía de mercado, expresión del genio creador de la iniciativa individual y los intereses de los más desfavorecidos que el mercado no satisface".
Romay hizo un llamamiento "a todos a redoblar esfuerzos para encontrar las soluciones posibles" a la crisis económica y alabó al Gobierno de Rajoy por el "patriotismo, determinación y equilibrio" con que, a su juicio, está gobernando.
En un plano más personal, Romay recordó que es la segunda vez que toma posesión como presidente del Consejo de Estado, ya que ocupó este mismo puesto en los últimos meses de mandato de José María Aznar, entre 2003 y 2004.
Afirmó que a lo largo de su extensa trayectoria política ha tenido oportunidad de alcanzar muchos cargos pero aseguró que siempre ha aprendido "más de los ceses que de los nombramientos" porque "esa vuelta al contacto con la gente, lejos de los despachos, fue para mí siempre de gran utilidad".
(SERVIMEDIA)
03 Mayo 2012
PAI/gja