A través de un comunicado, Covite se mostró en contra de esta iniciativa del Gobierno vasco, que ha explicado que este instituto tendrá en cuenta los “sufrimientos injustos” tanto de las víctimas de la banda etarra, como de la Guerra Civil o los atentados de los GAL.

Según Covite, este planteamiento “no tiene otro objetivo que maquillar la historia de terror que el País Vasco ha tenido que soportar como consecuencia de la barbarie etarra”.

“Por muchos que sean los argumentos que se quieran utilizar”, añadió esta asociación, “lo único que persigue es tratar de diluir a las víctimas del terrorismo en una amalgama conjunta con otras situaciones ajenas, de modo que para las futuras generaciones pase lo más desapercibido posible que el cáncer de nuestro pueblo tiene un nombre propio: ETA y sus apoyos nacionalistas”.

“DELITO CONTINUADO”

El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, cuya puesta en marcha está prevista para la próxima legislatura autonómica vasca, integrará en su seno las competencias de las actuales Direcciones de atención a Víctimas del Terrorismo y de Derechos Humanos.

Según Covite, “con una estructura como la que se pretende, la teoría del ‘conflicto’ y la existencia de dos bandos enfrentados está servida, haciéndose eco una vez más de las exigencias de la izquierda nacionalista radical en cuanto a la ‘necesidad de un reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas, originadas por el conflicto político y la realidad de las múltiples violencias’”.

Para las víctimas del País Vasco, “se está intentado que cinco décadas de delito continuado de terrorismo se conviertan en un ‘conflicto político entre dos bandos enfrentados’”.

Además, Covite criticó al Gobierno de Patxi López, puesto que han sido “muchas” las veces en que ha adoptado decisiones “contrarias a los principios y fundamentos” de los afectados por el terrorismo etarra. Esta asociación citó, por ejemplo, el apoyo a la legalización de Bildu o a la Conferencia de Mediadores Internacionales de San Sebastián.