La Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular (Aesleme), la Asociación de Ayuda y Orientación a los Afectados por Accidente de Tráfico (STOP Accidentes) y la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (P(A)T-AP(A)T) alertan, en una nota de prensa, de los peligros que puede entrañar la subida del límite de velocidad a 130 km/h en algunos tramos de autovías y autopistas.

Aducen que todos los estudios que se han realizado, relativos a accidentología en el mundo, ponen en evidencia que la velocidad agrava las consecuencias de los siniestros de tráfico.

Estas asociaciones añaden que, además, países como Estados Unidos, Australia y Dinamarca subieron sus límites de velocidad y vieron cómo aumentaban los fallecidos por accidente de tráfico entre un 15 y un 20%, mientras que otros como Suiza o Inglaterra, que redujeron el límite, vieron cómo descendían entre un 12 y un 19% las víctimas mortales.

En ese orden de cosas, se preguntan "por qué vamos a aumentar la velocidad en España, cuando está demostrado que a más velocidad las consecuencias de los accidentes son más graves y por tanto el número de fallecidos y heridos graves aumenta".

Aparte de sus efectos directos sobre los siniestros y su gravedad, estas asociaciones precisan que un aumento de la velocidad puede agravar los errores humanos por su repercusión sobre la anticipación del conductor y la distancia de reacción y de frenada, así como aumentar los accidentes por fallos mecánicos (el reventón es mucho más frecuente en las autopistas y autovías que en las carreteras convencionales).

"Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es que, a partir de 130km/h, se produce lo que los expertos denominan un 'cataclismo perceptivo' o efecto túnel, que supone que el campo visual se reduce progresivamente hasta llegar a un ángulo de visión de sólo 30º", remarcan.

Creen que para la aplicación de esta medida sería imprescindible realizar auditorías de todas las autopistas y autovías y que estuvieran siempre en perfecto estado de mantenimiento, al igual que los vehículos (cada vez más antiguos) y las capacidades psicofísicas de los conductores.

Por último, llaman la atención sobre las consecuencias económicas y medioambientales que tendría este aumento de la velocidad en el contexto de crisis actual: incremento del consumo de combustible y mayor contaminación.