“No sólo porque, de confirmarse las circunstancias en que se produjo, se trataría de un atentado más contra la libertad de expresión, sino también porque Tertsch había recibido amenazas que aludían a las opiniones que expresaba en su programa informativo, por lo que adversarios políticos de sus ideas habrían optado por el expeditivo procedimiento de alejarle de la pantalla de Telemadrid llevándole a un hospital”, explicó.

A su juicio, “otro aspecto preocupante es que sólo unas horas antes el llamado Gran Wyoming se había permitido manipular unas palabras suyas para llamarle asesino, lo que desde el punto de vista de la ética periodística no es de recibo, y menos que algo tan grave se quiera enmascarar como “una broma”.

Asimismo, aseveró que “tenga o no la relación de causa-efecto, que me resisto a creer que la tenga, es obvio que alguien ha podido entender que sí la tiene, y que un energúmeno haya podido considerar esa broma de pésimo gusto como el “señalamiento de un objetivo”.

Dijo que echa en falta la condena de la agresión por parte del PSOE, de IU y de otros partidos que “alardean de defender los derechos de las personas cuando ellos son víctimas”.

Indicó que “la única condena, que yo sepa, se ha debido al PP, por parte de su presidenta regional, a la Asociación de la Prensa y a algunos medios informativos”.

“No quiero pensar que el hecho de haberse pronunciado públicamente el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas como un seguidor del Gran Wyoming pueda estar detrás de la inacción del PSOE en la condena de la agresión a un periodista de larga trayectoria profesional como es Tertsch que, además, ha manifestado sus discrepancias con el Gobierno de Zapatero”, concluyó.