Expertos en atención a mayores abogan por tener en cuenta a los ciudadanos con discapacidad en la gestión de la atención domiciliaria

- En el IV Congreso Internacional de Dependencia y Calidad de Vida, organizado por la Fundación Edad&Vida

BARCELONA
SERVIMEDIA

Juan Antonio González, vicepresidente del Área Social y Económica de Edad&Vida y consejero delegado de Personalia, apostó este martes por tener en cuenta a las personas con discapacidad cuando se habla de la atención sociosanitaria en el ámbito domiciliario, concebida, a priori, para los ciudadanos mayores y para los dependientes.

Sin embargo, argumentó González, las personas con discapacidad tienen a veces necesidades similares a las que presentan los usuarios de la Ley de la Dependencia y, además, llegan cada vez en mayor proporción a edades avanzadas.

El consejero delegado de Personalia hizo estas consideraciones en el IV Congreso Internacional de Dependencia y Calidad de Vida, organizado por la Fundación Edad&Vida, con la colaboración del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona.

En concreto, González presidió la sesión de trabajo titulada ‘La coordinación sociosanitaria en el ámbito domiciliario’, moderada por Josep Oliva i Santiveri, diputado delegado de Bienestar Social, Salud Pública y Consumo del Área de Atención a las Personas de la Diputación de Barcelona.

Esta mesa de trabajo contó con la visión de Núria Fustier, consultora experta en Servicios Sociales; Miguel Duarte, enfermero Gestor de Casos del Distrito de Atención Primaria de Sevilla, y con Jennifer Olivarez, Chef du Service Qualité, Cellule d’évaluation et d’orientation de l’Assurance dépendance, Ministère de la Sécurité Sociale du Grand Duché du Luxembourg.

En su intervención, Fustier habló de la atención sociosanitaria en los municipios y consideró que es un aspecto del que, al contrario que hace unos años, ahora sí se habla, aunque, eso sí, entendiéndolo “como un elemento de preocupación”.

Y es que, afirmó la experta, más del 80% de las personas mayores manifiestan su deseo de seguir viviendo en casa durante la vejez, un hecho que requiere de una atención integral para tener garantía de éxito, es decir, que ha de irse más allá de lo social y lo sanitario para pensar en un todo.

La experta en Servicios Sociales se preguntó por qué España lleva tanto tiempo hablando de la necesidad de la coordinación entre lo social y lo sanitario sin llegar a plasmarlo en un modelo real y efectivo y concluyó que, en buena medida, se debe al sistema competencial por el que se rigen tanto los servicios sociales como los sanitarios.

Da la impresión, afirmó, que los diferentes sistemas han sido capaces de ponerse de acuerdo para atender necesidades sociales como el maltrato infantil o el ejercido sobre las mujeres, pero no para dar respuesta a la situación de los ciudadanos mayores y de los que se encuentran en situación de dependencia.

Esto hace, en su opinión, que la coordinación que ahora existe entre lo social y lo sanitario se hace como se puede, sin marco de referencia alguno, lo que supone un problema en general y más en particular en el ámbito domiciliario.

Por su parte, Miguel Duarte, enfermero Gestor de Casos del Distrito de Atención Primaria de Sevilla hizo hincapié en el plus de dificultad que añade el domicilio cuando se habla de la coordinación sociosanitaria, un modelo que, a su parecer, habría de extenderse a más usuarios, como los que tienen dificultades de movilidad, y no quedarse únicamente en el de los mayores.

No en vano, dijo, el ocho por ciento de la población ha necesitado alguna vez atención domiciliaria, una cifra que se mueve entre el seis y el nueve por ciento si el universo es únicamente el de las personas mayores y que llega hasta el veinte por ciento si se circunscribe a los ciudadanos que superan los 80 años.

Finalmente, Jennifer Olivarez expuso la situación de su país, Luxemburgo, donde, aseguró, la atención domiciliaria de las personas mayores “funciona, aunque podría ser más efectiva”.

No obstante, en su estado, indicó,, el 70% de los pacientes permanecen en su residencia de origen, para lo que se trabaja mucho en la prevención y la detección de los problemas con antelación

En Luxemburgo, contó, es posible compartir el trabajo de asistencia a ciudadanos en el domicilio entre profesionales y cuidadores que no lo son, a quienes se ofrece formación para aspectos tales como la movilidad de los enfermos en la cama.

Pese a todo, finalizó, “siempre hay margen para mejorar” y en Luxemburgo ese margen está en detalles como el descenso de la automedicación, por ejemplo, demasiado alta en la población mayor que vive en el hogar.

(SERVIMEDIA)
29 Oct 2013
IGA/gja