Así lo ha destacado en el marco de la inauguración del Seminario Buen Gobierno y prácticas de gestión en las fundaciones corporativas, organizado por la AEF, con la colaboración de la Fundación Iberdrola, que reune en la Casa de América a las fundaciones corporativas más representativas del país para debatir sobre sus prácticas de gestión y de gobierno corporativo, así como sobre la colaboración entre el mundo empresarial y privado y el fundacional.

Nadal ha incidido en el compromiso de la AEF de hacer que los órganos de gobierno de las fundaciones actúen con rigurosidad, seriedad y con un sentido de la responsabilidad, desde una “actitud generosa” por parte del patronato hacia el sector fundacional, con el objetivo de alcanzar un buen gobierno de las fundaciones corporativas.

Por su parte, Fernando Diago, patrono de la Fundación Iberdrola, ha llamado la atención sobre la importancia del desarrollo de la sociedad civil para la salida de la crisis, para lo que es fundamental la acción de las fundaciones, por lo que, según ha indicado, “urge dirigir las conductas, la transparencia y la ética de las organizaciones y de sus fundaciones”.

El director general de la Casa de América, Tomás Poveda, ha coincidido con Diago en que una sociedad moderna “no se puede entender sin una sociedad civil fuerte” y en que las fundaciones tienen una labor fundamental en nuestro país en tiempos de crisis, tanto en su labor asistencial, como en el ámbito de la recuperación social y económica, y en el cambio de modelo económico, donde se fomenta el emprendimiento.

El patronato de las fundaciones corporativas

Durante la jornada, responsables de las fundaciones de algunas de las empresas más representativas han posicionado el papel del patronato de las fundaciones corporativas.

En este sentido, la directora de la Asesoría Jurídica de la Fundación Mapfre, Mª Luisa Linares, ha manifestado que el patronato debe tener un diálogo constante con la sociedad, es decir, el buen gobierno tiene que pasar por escuchar a la sociedad para lograr mejor los fines de interés general.

Así, ha apuntado a que el patronato no se puede olvidar de los fines fundacionales, debe velar por ellos; a que hay que descubrir permanentemente sinergias y velar por la escucha atenta de las personas que componen la sociedad (“trabajamos por ellas”); y generar constantemente confianza, como una obligación de las fundaciones (crear un mundo mejor).

El presidente de honor de la Fundación Adecco y miembro del consejo de patronos de la AEF, Emilio Zurutuza, ha incidido en que estos fines fundacionales hay que cumplirlos, razón por la que la AEF, ha asegurado, trabaja “con intensidad” para implantar códigos de buen gobierno en todas las fundaciones, a fin de favorecer la transparencia y la ética, por encima de las voluntades personales. Asimismo, el vicepresidente de la Fundación Telefónica, Emilio Gilolmo, ha apostado por el sentido de independencia “absoluto y riguroso” del patronato de la fundación corporativa con respecto a la organización.

Gestión de las fundaciones corporativas

Por otra parte, la directora de la Fundación Accenture, Ana Millán; la directora de la Fundación Atresmedia, Carmen Bieger; y el director corporativo de Alianzas, Sinergias y RSC del Grupo de Empresas de la ONCE y su Fundación, Fernando Riaño, han abordado sus prácticas y su modelo en cuanto a la relación del ciclo de las fundaciones corporativas con el ciclo económico de las empresas a las que pertenecen, así como a la búsqueda de modelos de financiación para asegurar su viabilidad como fundación y la adecuada y prudente gestión de sus inversores.

Además, el director general de la Fundación Iberdrola, Rafael Landín; el director general de la Fundación Banco Santander, Borja Baselga; la directora de la Fundación Prosegur, Mercedes Borbolla; y el director de la Fundación Alimerka, Antonio Blanco, han hablado de una gestión empresarial y profesionalizada, marcada por un doble reto: asegurar el correcto cumplimiento de la misión y el impacto de sus actividades en los beneficiarios y generar credibilidad, reputación y valor para la empresa, desde la autonomía, a beneficio tanto de la empresa como de la sociedad.