La Sección Cuarta de la Sala de lo Penal indica en un auto que los informes médicos aseguran que no existe inconveniente para que el narcotraficante continúe con su tratamiento en un centro penitenciario, por lo que acuerda su ingreso en prisión, librando si fuera necesario las oportunas órdenes de busca y captura.

La Audiencia Nacional dejó en libertad a Oubiña en septiembre de 2012 al considerar que no existía riesgo de fuga a pesar de la condena de cuatro años y siete meses de prisión impuesta por haber blanqueado dinero obtenido del tráfico de drogas.

Para evitar su regreso a la cárcel, el narcotraficante alegó que sufría una “enfermedad incurable”.