La hija del Rey abandonó la sede judicial pasadas las 18.10 horas y se esfumó rápidamente en el coche que la estaba esperando para recorrer la ya famosa rampa de acceso a los juzgados y salir a la calle en dirección al aeropuerto. “Hasta luego y gracias”, acertó a decir antes de desaparecer en el interior del vehículo de seguridad.

Los abogados de la imputada, Miquel Roca y Manuel Silva, explicaron poco después de que su defendida abandonara a toda prisa el lugar que “como abogados”, salían “muy contentos”. Al ser preguntados sobre si la Infanta también estaba satisfecha, Roca dijo: “Las sonrisas son suficientes”.

“La declaración, para satisfacción de la Infanta, ha sido exhaustiva y extensa. Ha colaborado con la Administración de Justicia, no ha tenido ningún aforamiento ni ningún privilegio”, subrayó el letrado catalán.

Silva, por su parte, negó que la Infanta haya contestado con evasivas a las preguntas que se le dirigieron durante las siete horas de interrogatorio, en las que cinco estuvo preguntando el juez Castro. “Su Alteza ha estado firme, aunque evidentemente había cosas de las que no se acordaba”, indicó. Este abogado reiteró que la imputada por delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal “no participó en ninguna junta ni tomó ninguna decisión” en el seno del Instituto Nóos.

Roca señaló por último que “la justicia seguirá ahora su camino y resolverá lo que tenga que resolver”.

El juez Castro, por su parte, declinó hacer ningún tipo de declaración a los periodistas. “No es el momento de hacer ninguna valoración”, comentó antes de subir a su moto para salir de los juzgados de Palma de Mallorca, a los que había llegado minutos después de las 7.00 horas de esta mañana.