“Sólo podrían haberse detectado vía denuncias o con actuaciones de investigación muy profundas”, indicó la organización en un comunicado en el que lamentan las informaciones sobre un inspector de Hacienda ya fallecido, Cipriano Múñoz, de quien se apunta hizo la vista la gorda sobre el uso de las tarjetas opacas de la entidad madrileña.

IHE explica que aunque no disponen de “datos concretos sobre el particular, la información relativa a lo presuntamente sucedido peca de incorrecciones e incongruencias desde el punto de vista jurídico y administrativo, por lo que debemos poner en duda las fuentes utilizadas”.

Para los inspectores, “la apertura de un juicio mediático y la condena a una persona fallecida, que no puede explicarse ni defenderse, es indigno, y supone negar la presunción de inocencia de alguien que, para quienes lo conocieron, fue un intachable profesional”.

El colectivo defendió su “prestigio” por su “exigente formación, dirigida a servir al Estado y a sus ciudadanos”.

“Se trata de una profesión que conlleva una enorme complejidad y responsabilidad, y un trato no siempre fácil con ciudadanos y entidades, pero que se realiza con independencia, respeto a la ley y a las debidas formalidades”, agregaron.

En todo caso, subrayaron que “no cabe duda que la exigencia de unos cada vez mayores objetivos a la Agencia Tributaria, conjugada con la endémica carencia de medios personales y materiales, ha venido a dificultar nuestro trabajo, pero nuestro colectivo ha sabido sobrellevar la situación con la mayor de las profesionalidades”.