Recordó “cómo estábamos en los últimos meses de 2012 en materia de paro o crecimiento del PIB y cómo estamos ahora" y señaló que “eran unos presupuestos muy difíciles, ya que había que ajustar el gasto en 2.700 millones de euros, y el resultado es que la situación económica ha cambiado radicalmente”.

Ossorio explicó que en materia de ingresos se ha ejecutado el 96%, “que es un dato muy bueno”, y destacó que “no tuvimos que subir los impuestos, mantuvimos las rebajas fiscales y de cara a 2014 hicimos una rebaja histórica en comparación con otras comunidades autónomas”. Asimismo, señaló que se ejecutó el 94% del gasto previsto.

La diputada socialista en la Asamblea de Madrid Teresa González Ausín criticó la “opacidad y falta de transparencia” que practica el Gobierno del PP a la hora de rendir cuentas sobre la liquidación del Presupuesto de la Comunidad de Madrid para el año 2013, "máxime cuando es la última liquidación presupuestaria de esta Legislatura".

Dijo que esta “opacidad se traduce en que las memorias que presentan a la oposición, en ocasiones no vienen completas con los datos que deberían incluir".

Además, afirmó que “lo que mal empieza mal acaba, ya que cuando el Gobierno de Ignacio González presentó los presupuestos para el año 2013, los socialistas madrileños ya advertimos que eran unas cuentas sólo para una minoría, unos presupuestos que no eran reales” tal y como se ha demostrado con esta liquidación".

La diputada de IU Libertad Martínez preguntó a Ossorio si “va a incluir información sobre los desvíos presupuestarios en sanidad, sobre inversiones que no se ejecutan y sobre recursos de empleo que no se aplican".

"Eso sí sería información sobre como se gastan los impuestos de los ciudadanos y sobre las razones por las que los ciudadanos deben cumplir sus obligaciones tributarias”, consideró.

Martínez señaló que “esta liquidación es un buen ejemplo de las consecuencias de la política fiscal de regalos fiscales a las rentas más altas”.

A su juicio, “la gestión pública de la Comunidad ha permanecido un año más atrapada en la contradicción entre una austeridad de la que se presume y la incapacidad de controlar, un año tras otro, un gasto inútil para la vida de los madrileños que mientras ven limitados sus derechos observan como no se producen los ahorros que justificaron ese recorte”.