La pena de muerte fue abolida en Francia en 1981, siendo presidente de la república el socialista Fran‡ois Mitterrand. Sólo entre 1984 y 1995 fueron presentadas 27 proposiciones ante la Asamblea francesa para restablecerla.

De acuerdo con la citada encuesta, apenas hay variación entre hombres y mujeres a la hora de reclamar la restauración de la pena capital, pero sí existen notables diferencias según la ideología y los sentimientos religiosos de la persona entrevistada.

Entre quienes se declaran simpatizantes del Partido Socialista apoyan el restablecimiento de la pena de muerte un 30%, y entre los comunistas un 29%. Pero entre los partidarios de la UMP, el principal partido gobernante en Francia, sube hasta un 60%, y entre quienes simpatizan con el ultraderechista Frente Nacional de Jean Marie Le Pen llega al 89%.

Desde el punto de vista religioso, los menos inclinados a volver a la pena de muerte son quienes declaran no tener creencias (36%), mientras que el porcentaje llega al 44% entre los católicos practicantes y hasta el 48% entre quienes se definen como católicos no practicantes.

Asimismo, las personas sin estudios son más proclives a recuperar la pena capital, algo que apoyan un 57% de los encuestados sin certificados de estudios, frente a un 21% de los que cuentan con título universitario.