Fruto de más de 40 años de trabajo, esta nueva forma de producir aceites base sintéticos a partir de gas natural permite reducir el desgaste y la corrosión, reduciendo los costes de mantenimiento y alargando la vida útil del motor, según informó la compañía en una nota.

Entre las ventajas que supone, permite un mejor rendimiento en temperaturas extremas, tanto en las más bajas como en las más altas, y favorece una menor fricción del motor, lo que se traduce en un consumo de combustible de hasta un 3% menos.

Mientras que algunos aceites de motor pueden llegar a perder el 20% de su volumen debido únicamente a la evaporación, este lubricante pierde menos del 10% de su volumen por este motivo, reduciendo el consumo de aceite.