Según informó la Policía, los detenidos formaban parte de un conglomerado de 17 empresas que actuaba de forma coordinada para coaccionar, estafar y hurtar a los mayores.

Las investigaciones comenzaron a mediados de 2013, cuando varias personas de avanzada edad denunciaron en varias comisarías de Policía Nacional haber sido víctimas de estafa y coacciones. Los presuntos autores serían operarios de empresas de mantenimiento de instalaciones de gas butano, que se aprovechaban de la situación personal de las víctimas.

El fraude consistía en cobrarles hasta un 1.000% más que el precio de mercado, por una revisión de la instalación del gas butano que en la mayoría de los casos era innecesaria.

En uno de ellos, después de cobrar a una anciana de 84 años por revisar una instalación que le habían renovado tres meses antes, volvieron al domicilio para revisar la instalación y firmar un documento y, mientras la mandaban al cuarto de baño a comprobar el agua caliente, le hurtaron joyas, la libreta bancaria y una caja de caudales con dinero en efectivo.