El ex ministro de Sanidad y Consumo Julián García Vargas recordó que un aspecto “implícito en la Ley de Sanidad y que se ha desarrollado poco” es que la oficina de farmacia no esté centrada solo en aspectos como la dispensación o distribución de medicamentos, sino que, además, desarrolle un papel activo en la atención sociosanitaria de la población.

García Vargas recordó que “la farmacia se ha aprovechado bastante poco hasta ahora”, pese a que “había un planteamiento desde los años ochenta de hacerlo”. En este sentido, el ex ministro recordó que “el centro de salud y la farmacia son dos estructuras que están disponibles para los ciudadanos la mayor parte del día”.

Por su parte, Asunción Redín, miembro de la Comisión de Sanidad de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), afirmó que aunque “la farmacia se ve como la -entidad de- provisión de medicamentos, algo esencial y el corazón de la profesión, hay otra seria de servicios que puede desarrollar”.

Redín añadió que un aspecto que habrá que implementar con las administraciones públicas para que las farmacias amplíen su labor sociosanitaria es determinar procedimientos y retribuciones, “al margen del precio del medicamento”. Además, subrayó que“las 20.500 farmacias que hay en España” cuentan con profesionales sanitarios “aprovechables y muy cercanos a la población”.

DEPENDENCIA

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión de Sanidad de la CEOE, Fernando Benavente, indicó que “lo que parece excepción se ha convertido en norma”, en referencia a que sean los familiares de las personas dependientes y no entidades sociosanitarias quienes se encarguen de la atención y cuidados de estas personas.

Pese a que la Ley de Dependencia asegure, según Benavente, que los cuidados otorgados por familiares deberían producirse "de manera excepcional", "con un gasto anual en torno a 7.000 millones de euros, un porcentaje muy significativo se está prestando por familiares".