Según informes que maneja la organización, esta unidad policial “ha utilizado dichos recursos y “ha hecho “un uso excesivo de la fuerza” para evitar la entrada de refugiados e inmigrantes en Macedonia, en cuyas fronteras se han levantado también vallas.

Tropas del ejército se han desplazado a la frontera y han impedido el paso a cientos de familias enteras, mujeres y niños, que quieren cruzar Macedonia para dirigirse al centro o al norte de Europa. La mayoría de estas personas proceden de Siria, Afganistán e Iraq, y por tanto son potenciales beneficiarios del derecho de asilo.

Para AI, la situación resulta “extremadamente preocupante”, pues estos miles de migrantes se hallan “atrapados en la frontera donde corren un gran riesgo de ser víctimas de la violencia o de las redes de trata”.

AI reconoció el derecho de todos los estados a vigilar y defender su frontera, pero sí condenó el uso de la fuerza contra personas pacíficas que huyen de la guerra.

“Si los informes que hemos recibido son ciertos, la tensión en la frontera aumentará de forma peligrosa”, con gran riesgo para los refugiados.