En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría reiteró la posición que el PP ha expuesto en las últimas semanas, en el sentido de que la Constitución se puede reformar, “pero para eso se necesita tener muy claro el objetivo y el consenso que tienes para lograr ese objetivo”, y dicho consenso, siendo “realistas”, a día de hoy es “muy complejo”.

Preguntada si el Gobierno estaría dispuesto a poner por escrito en la Carta Magna la supuesta singularidad de Cataluña para calmar a los soberanistas, la vicepresidenta explicó que la hipotética reforma constitucional no podría ser nunca “para contentar a los independentistas, que sabemos que están en otra dinámica” y a los que ninguna modificación satisfaría, sino para conseguir un Estado más eficiente y eficaz.

En este sentido propuso como alternativa la reforma de la financiación autonómica, que el PP sí que piensa llevar en su programa para las próximas elecciones generales.

En concreto, avanzó que el PP propondrá “una reforma fiscal completa” que modificará la “estructura de ingresos” de las diversas administraciones para que hagan frente de forma eficaz a sus gastos, y eso tendrá “un calado, no sé si más importante (que la reforma de la Constitución), pero sí muy importante sobre nuestra ordenación territorial”.

Además, aprovechó para lanzar una crítica tácita a la Generalitat de Cataluña al reivindicar que han sido precisamente los “gobiernos eficaces y eficientes los que se han dedicado a solventar problemas” que otras administraciones no han sabido solucionar con sus competencias, y aun así “piden más”.