Así lo advirtió este sábado el psicólogo de Proyecto Hombre Pablo Llama en declaraciones a Servimedia coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional del Juego Responsable en las que subrayó que, de las personas atendidas por problemas con el juego, un 53% jugaba a las apuestas deportivas online, un 42% a las apuestas deportivas presenciales, un 42% a la ruleta presencial, un 37% a las tragaperras, un 26% a la ruleta online, un 11% al bingo presencial, un 11% a la lotería presencial, un 5% a las cartas online y un 5% a las cartas presencial.

El especialista confirmó que el perfil de las personas que demandan tratamiento por esta causa “es muy heterogéneo”, hasta el punto de que sus edades van desde los 14 hasta casi los 70 años, si bien “cada vez hay más jóvenes que llegan con problemas ya específicos de trastorno por juego”.

Llama atribuyó esta tendencia al hecho de que en la actualidad hay “mayor accesibilidad a todo este tipo de apuestas o de juegos”, así como al “cierto anonimato y, sobre todo, mucha inmediatez” que “conllevan” las nuevas modalidades de juego que también “van aumentando exponencialmente”.

“Ha aumentado mucho la oferta y los medios y las modalidades hacen que sea muy, muy, muy accesible”, señaló, al tiempo que defendió que “esto lo que busca es que haya más jugadores, pero también aumenta los riesgos”.

SOLICITUD DE AYUDA

El experto puntualizó que las personas con posible adicción al juego se deciden a pedir ayuda después de un periodo de “entre cinco y ocho años de problemática ya objetiva con el juego” y urgió a, “entre todos, reducir ese tiempo”. “Cuanto antes lleguen a tratamiento, a pedir ayuda, a asesorarse, mejor para quitar años de sufrimiento”, abundó, convencido de la importancia “no solo de darles atención, sino sobre todo de que las personas sepan que se les puede ayudar en un momento más incipiente y probablemente antes de que desarrollen un problema que pueda ser más crónico”.

En este sentido, subrayó que, en el caso de los adultos, los hombres demandan tratamiento en torno a los 39 años y las mujeres, en torno a los 43, debido, entre otros motivos, a la “estigmatización que existe de la mujer que tiene adicción frente al hombre”, pese a lo cual la “mayoría” de ellos acude ya con “problemas graves de ludopatía”.

Por ello juzgó “esencial” realizar una intervención temprana para evitar una “mayor cronicidad” y que la adicción “sea más compleja o difícil de superar”. Además, resaltó la importancia de “perder el miedo a pedir ayuda cuando se tienen dudas sobre la posibilidad de estar perdiendo el control” en este ámbito antes de que se produzca “un problema que te destroce la vida”.

A este respecto, indicó la importancia de “entender la función que está teniendo el juego de apuestas en la vida de esa persona, que, en muchos casos, lo que intenta es utilizarlo no solo por el deseo de ganar dinero, sino sobre todo de huir de algún malestar”.

SIGNOS DE ALERTA

Entre los “signos de alerta” que pueden indicar la existencia de un comportamiento de juego patológico, aseveró que “uno de los indicadores tiene que ver con el manejo o la gestión del dinero”. “Ver que hay unos gastos que no cuadran o que ha habido un aumento claro en los gastos”, agregó.

Junto a ello, instó al entorno de estas personas a estar atentos a posibles “cambios tanto a nivel conductual como a nivel emocional” y a si la persona está “más depresiva, más esquiva, un poco más irascible, más aislada y con pérdida de autoestima”.

“Pueden ser muchos indicadores que, por sí solos quizás no nos van a decir nada, pero que, si los juntamos, nos pueden estar llamando la atención”, remarcó.

Por lo que se refiere al protocolo que se sigue en Proyecto Hombre para atender a estas personas, Llama explicó que, si se trata de un adulto, se le atiende individualmente y, si va acompañado de algún familiar o su pareja, también se les incluye en dicha atención, que prestan profesionales de la psicología.

INTERVENCIÓN INDIVIDUALIZADA

“A partir de ahí, se escucha su demanda y se hace una valoración en base a las conductas que está teniendo y cómo lo está viviendo”, abundó, para indicar que, “si es necesario, se les remite también a psiquiatría y se les da un plan de intervención individualizado dependiendo de lo que necesitan, planteándoles las herramientas terapéuticas y psicológicas disponibles para tratar su problema”.

Una de las “primeras recomendaciones” que realizan los expertos está relacionada con el “control estimular” y es inscribirse en el registro de autoprohibidos como “manera de poner una barrera” que, según su experiencia, “suele ser muy beneficiosa”.

“Lo que tenemos que ir tratando con la persona, sobre todo al principio, son las situaciones de riesgo y el controlar un poco la tentación de jugar y el dificultar esa accesibilidad o el poner barreras de alguna manera siempre nos va a servir”, aseveró, al tiempo que explicó que otra de las “primeras pautas” que ofrecen a estas personas es ayudarles a gestionar “el manejo y control del dinero”.

En el caso de menores o de adolescentes, los expertos cuentan “mucho más con la familia”, involucrándola para que pueda “supervisar y acompañar todo este tratamiento” en un “proceso paralelo, de coterapia y de acompañamiento” y teniendo en cuenta que “muchas veces” los jóvenes tienen “poca conciencia del problema y pueden minusvalorar su alcance”.

Tras afirmar que el proceso de rehabilitación de una persona con problemas de juego “no es un proceso breve”, agregó que, “normalmente, son necesarios de nueve a 12 meses de media para hablar de una recuperación de su autonomía”.