Éste era uno de los principales 'contras' que los dirigentes populares encontraban en los últimos días a que Rajoy, finalmente, se decidiera por el 20 de diciembre y no por el domingo anterior, el día 13, para convocar las elecciones generales.

La recta final de campaña estará marcada por el último Consejo Europeo de esta legislatura, pero no debería haber ningún problema porque Rajoy pueda estar en el cierre de campaña.

Entre los puntos negativos que tenía decantarse por el 20 de diciembre, fuentes populares también señalaban el hecho de que las Juntas Electorales tendrán que 'comer el turrón' el 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, cerrando el escrutinio general de las elecciones, en el tercer día posterior a la cita con las urnas.

Además, en el entorno de Rajoy advertían de que en algunas comunidades autónomas los colegios dan las vacaciones a los niños el día 18 de diciembre de manera que las familias empiezan a pensar en las vacaciones desde ese fin de semana. Incluso, en el PP no desdeñaban que en esos días se celebran muchas cenas navideñas.

LOS PROS DE LA FECHA

Sin embargo, otras fuentes consultadas apuntaban como 'pros' de la elección del 20 de diciembre argumentos que utilizó Rajoy al hacer el anuncio de la fecha. Ese día permite una tramitación más tranquila del final de los Presupuestos Generales del Estado para 2016 en las Cortes y que la Constitución de las Cortes no esté pegada a las fechas navideñas. De haberse convocado el 13 de diciembre, tendrían que haberse constituido las Cortes el 7 de enero, el día después de Reyes.

Igualmente, apuntaban que para el 20 de diciembre los funcionarios ya habrán cobrado la paga extraordinaria de Navidad y que, aunque algunos se van de vacaciones, también otros 'vuelven a casa' por Navidad y podrán votar en su lugar de nacimiento, donde muchos ciudadanos siguen empadronados.