Los pinares abarcan el 60% de los grandes incendios forestales en España

- Según un informe de Ecologistas en Acción

MADRID
SERVIMEDIA

El 60% de los grandes incendios forestales (es decir, los que queman más de 500 hectáreas) registrados en España entre 2012 y 2014 sucedieron en pinares, mientras que un 20% ocurrieron en especies de matorral (brezos, retamas, jaras...) y un 12% en bosques de quercíneas (encinas, robles o alcornoques), en tanto que en un pequeño porcentaje afectaron a eucaliptos y a pastos.

Ésta es una de las conclusiones de un informe de Ecologistas en Acción hecho público este jueves, el cual examina 60 de los 65 grandes incendios forestales registrados entre 2012 y 2014.

El documento señala que existe un perfil de tipo de monte o masa forestal más susceptible de sufrir este tipo de desastres y otro con menos probabilidades de ser pasto de las llamas.

Así, indica que los pinos (en sus variedades carrasco, resinero, piñonero, albar y canario) son las especies dominantes que más sufren los grandes incendios forestales, aun a pesar de ser las masas con más actuaciones de limpieza o de cortafuegos. En segundo lugar están los matorrales, debido a la acción humana producida en el monte bajo a través del uso del fuego con fines ganaderos o agrícolas.

Por el contrario, los montes menos afectados son los que disponen de “verdaderos bosques naturales bien conservados y poco intervenidos”, principalmente los poblados por quercíneas (encinas, robles o alcornoques), donde, según Ecologistas en Acción, debían limitarse, cuando no desaconsejarse, las intervenciones dirigidas a la prevención de incendios por su menor vulnerabilidad al fuego y por los condicionantes derivados de la protección ambiental de estos bosques.

MENOS REPOBLACIONES CON PINOS

Estos perfiles se trasladan a la distribución geográfica de los grandes incendios forestales, puesto que las grandes llamas se producen más en el noroeste y en el centro-norte de España, así como en el Levante o en el centro peninsular, con mayor abundancia de pinares repoblados, mientras que los Montes de Toledo, Sierra Morena y buena parte de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos están menos afectados por disponer de grandes extensiones de monte mediterráneo y atlántico dominado por quercíneas u otras especies frondosas.

Ecologistas en Acción recalca que Canarias es una singularidad en este contexto, dado que, aunque los pinares allí son autóctonos de pino canario, se trata de bosques muy proclives a los grandes incendios que favorecen la recolonización con los mismos pinos tras el fuego.

No obstante, el informe destaca que “la buena conservación y protección de nuestros bosques naturales es sinónimo de freno a los grandes incendios forestales”. “Cabe preguntarse cómo es posible que en las masas más intervenidas, las de pinar y monte bajo, se produzcan los incendios más graves. La respuesta es compleja, pero entre los factores coadyuvantes, sin duda, estarán la amplia superficie ocupada por estas masas, su carácter pirófilo y los conflictos sociales que generan”, añade.

Por ello, Ecologistas en Acción propone siete medidas para evitar y prevenir los grandes incendios forestales, entre ellas que las actuaciones de limpieza de los montes no sean indiscriminadas y se focalicen a las zonas de pinares repoblados y de monte bajo, así como “reducir drásticamente” las repoblaciones con pinos y priorizar la regeneración natural tras un incendio.

(SERVIMEDIA)
19 Nov 2015
MGR/caa