En sus misivas, explica el sindicato, la compañía compara los datos de puntualidad del aludido con los del resto de compañeros, presionándole para que la puntualidad de sus vuelos “mejore en los próximos meses de forma significativa”.

Además, les recuerda que “como cargo de confianza tienen la obligación de salvaguardar los intereses de la compañía”, exhortándoles a continuación a mejorar sus datos.

Sepla lamenta que la compañía atribuye la total responsabilidad de los retrasos a la acción de los pilotos, olvidando el resto de factores que inciden en la puntualidad, como el ‘handling’, la coordinación, el suministro de combustible, control del tráfico aéreo o cualquier departamento involucrado en poner el avión a punto para volar.

Además, rechaza que tampoco aclara cuáles son los criterios que ha utilizado para medir la puntualidad personal de cada piloto, o qué medidas podrían tomarse para mejorarla.

Por último, advierte de que las programaciones que hace Air Nostrum son imposibles de cumplir al no respetar siquiera los tiempos mínimos de puesta a punto del avión durante su aparcamiento en el aeropuerto, ya que a fecha de hoy siguen emitiéndose programaciones en las que las horas de aterrizaje y despegue de los sucesivos vuelos vienen solapadas, así como muchos otros casos en los que se programan escalas con tiempos inferiores a los reseñados para cada aeropuerto en el Manual de Operaciones.