Con todo, el grupo alemán califica de "estable" el resultado del pasado ejercicio, pese a la repercusión de la crisis financiera y económica.

El Ebitda (resultado bruto de explotación) ajustado de E.ON, de 13.500 millones de euros, aumentó aproximadamente un 1% respecto a la cifra de 2009, mientras que su Ebit (resultado neto de explotación) ajustado, situado en 9.600 millones de euros, descendió un 2,3%.

Las ventas cayeron un 6%, hasta algo menos de 82.000 millones de euros, principalmente debido a los precios más bajos en el negocio mayorista del gas y a un menor volumen de ventas de gas en Pan-European Gas, efectos de cambio en Reino Unido y Nordic, y una menor generación de los activos nucleares e hidroeléctricos en Nordic.

El dividendo propuesto de 1,50 euros por acción (estable en comparación con el ejercicio anterior) daría lugar a un ratio de distribución del 53,6%.

Tras las inversiones extraordinariamente elevadas de 2007 y 2008 y según lo previsto, E.ON redujo deliberadamente sus inversiones en 2009 a la cifra de 9.200 millones de euros. La mayor parte de estas inversiones se hicieron en generación eléctrica, redes eléctricas y exploración de gas. Además, la compañía mantuvo sus inversiones en renovables por medio de proyectos de parques eólicos a gran escala en Estados Unidos, así como sus primeros proyectos de energía solar.

Debido a la crisis económica, las previsiones de E.ON para 2010 están sujetas a incertidumbres similares a las presentes en sus previsiones para 2009.

Pese a la falta de alrededor de 1.000 millones de euros en su flujo de beneficios motivada por la enajenación de activos, desde la perspectiva actual E.ON prevé que su Ebit ajustado de 2010 se situará entre un 0% y un 3% por encima del que obtuvo en el ejercicio anterior y su beneficio neto ajustado estará en línea con la cifra del ejercicio anterior.