Día Párkinson. Los geriatras recuerdan que el párkinson es más que un temblor

MADRID
SERVIMEDIA

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (Segg) recordó este lunes, Día Mundial del Párkinson, que esta enfermedad supone mucho más que temblores y que no debe confundirse con síntomas propios del envejecimiento.

“El párkinson es más que un cuadro de temblor, ya que además de los síntomas motores (lentitud de movimientos, rigidez, inestabilidad postural y temblor) esta enfermedad trae consigo otro tipo de síntomas tales como estreñimiento, trastornos de la deglución, apatía, depresión o insomnio, también en algunos casos deterioro cognitivo e incluso demencia, entre muchos otros”, apunta el presidente de la Segg, José Antonio López.

Por todos los síntomas expuestos, se trata de una enfermedad que afecta de forma directa a la vida diaria del paciente y de sus familiares, añaden los geriatras, que insisten en la importancia de consultar al médico de Atención Primaria ante la aparición de los primeros signos de alerta (temblor y lentitud de movimientos), para que valore la necesidad de evaluación por parte de un especialista como un neurólogo o un geriatra.

En esta línea, el doctor López advierte de que “existe un porcentaje de afectados, fundamentalmente personas mayores o muy mayores, que estando en fases iniciales de la enfermedad no consultan ante los primeros síntomas, atribuyéndolos al envejecimiento”.

Aunque la incidencia del párkinson aumenta con la edad y por tanto es más frecuente en pacientes mayores, la edad media de comienzo ronda los 65 años y afecta a unos 160.000 españoles, según los geriatras, que aluden también a la tardanza en la obtención del diagnóstico.

En este sentido, aseguran que en España se tarda una media de entre uno y cinco años en ser diagnosticado, incluso un 19% espera más de cinco años para recibir el diagnóstico definitivo.

“Esta demora en el diagnóstico”, advierten, “supone un mayor deterioro de la calidad de vida de la persona con párkinson”, por lo que aseguran que un diagnóstico certero y precoz “es vital”, ya que beneficia no sólo al enfermo, sino que además reduce “considerablemente” los costes que genera para el sistema sanitario.

Una vez diagnosticada la enfermedad, la Segg sostiene que es importante el abordaje integral del paciente por varios profesionales (médico, geriatra, neurólogo, enfermero, fisioterapeuta, logopeda, trabajador social, etcétera), para poder valorar de forma global todas sus necesidades.

Finalmente, los geriatras señalan la necesidad de consultar con especialista síntomas no motores (problemas de memoria, alteración en el contenido del pensamiento, trastorno del estado de ánimo, dolor, dificultad para conciliar el sueño…) que aparecen a lo largo de la enfermedad y que pueden llegar a ser tan invalidantes como la afectación motora.

(SERVIMEDIA)
11 Abr 2016
IGA/caa