El demonio de Tasmania puede evitar su extinción con anticuerpos naturales contra el cáncer

- Las poblaciones han caído desde que se detectara el primer cáncer facial en 1996

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos de la Universidad de Deakin (Australia) han encontrado una manera de detener el cáncer que ha estado matando muchos ejemplares de demonio de Tasmania en los últimos 20 años y evitar su extinción, porque este marsupial tiene anticuerpos naturales en su sistema inmunológico.

El demonio de Tasmania habita en estado silvestre en la isla que lleva su nombre, situada al sur de Australia, y es el marsupial carnívoro más grande del mundo.

El Gobierno australiano lo catalogó como ‘en peligro’ en 2009. Además, está ‘en peligro de extinción’ según la Ley de Especies Amenazadas de Tasmania y en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Beata Ujvari, del Centro de Ecología Integrativa de Deakin, investigó las diferencias entre las moléculas que se encuentran en el sistema inmunológico de esta especie comparando las que tenían cáncer, conocido como enfermedad de turmor facial del demonio de Tasmania, con las que no.

“Sabemos por estudios en humanos y animales que ciertos anticuerpos naturales son capaces de reconocer y destruir las células cancerosas, por lo que queríamos ver si la presencia de estas moléculas también determinaría el desarrollo de tumores en los demonios de Tasmania", apunta Ujvari.

La investigadora indica que los demonios de Tasmania que tienen una mayor proporción de estos anticuerpos naturales son menos propensos a tener cáncer, un hallazgo que podría potencialmente frenar la propagación de la enfermedad, que ha diezmado poblaciones de estos marsupiales desde su primera observación en 1996.

La autora del estudio, publicado en el último número de la revista ‘Nature Scientific Reports’, indica que “las vacunas antitumorales que mejoran la producción de estos anticuerpos naturales o el tratamiento directo del cáncer con anticuerpos naturales podrían convertirse en soluciones para ayudar a detener la enfermedad”.

"Este proceso se conoce como 'inmunoterapia activa' y es cada vez más aceptado en el tratamiento de cánceres humanos. Creemos que podría ser la bala mágica que salve a los demonios de Tasmania de la extinición”, apunta.

El cáncer facial del demonio de Tasmania se transmite de individuo a individuo por mordedura durante las interacciones sociales y ha provocado una disminución masiva de las poblaciones desde que se detectara en 1996.

Ujvari subraya que el sistema inmunológico de esta especie debe reconocer las céculas cancerígenas en forma de objetos extraños y trabajar para eliminarlos del sistema de la víctima. “Sin embargo, las células de esta enfermedad son capaces de evitar el reconocimiento de los sistemas inmunes de los demonios y se convierten en tumores grandes ulcerosos que finalmente mata a los animales", concluye.

(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2016
MGR/caa