Blanca San Segundo, una joven con síndrome de Down que lucha por los derechos de las personas con discapacidad

- “No me regalan nada ni en los estudios ni en el trabajo, me lo tengo que currar yo misma”

MADRID
SERVIMEDIA

Blanca San Segundo es una joven universitaria de 26 años que compagina los estudios con su trabajo en una escuela infantil. “Trabajadora y responsable”, como la define su madre, también le queda tiempo para el ocio, la vida familiar y sus amigos.

San Segundo es una chica con síndrome de Down con sueños, aficiones y responsabilidades, como cualquier otra joven de su edad. Estudia en la Universidad Católica de Valencia el grado universitario de terapia ocupacional y trabaja en una escuela infantil inclusiva de la capital en un aula “apoyando a los niños con discapacidad intelectual mediante objetivos y actividades”, relata a Servimedia. “Trabajamos la autonomía, es muy importante para las personas con discapacidad. Hay que esforzarse porque cuantas más cosas hagamos, mejor”, asegura.

Respecto al mundo laboral, dice sentirse “muy contenta” en el trabajo porque le tratan como a “una más”, de forma normalizada. “No me regalan nada ni en los estudios ni en el trabajo, me lo tengo que currar yo misma y cuesta mucho esfuerzo, pero yo lo consigo todo”, aclara.

IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

San Segundo señaló que a la hora de estimular a los niños con discapacidad “es muy importante trabajar con la familia” y, fundamentalmente, con los hermanos. De hecho, la jóven reconoce que su hermano “ha sido una gran ayuda en su vida”.

Victoria, su madre, explica que "con cinco años leía muy bien pero pensábamos: cuando empiece Primaria ¿será capaz?, ¿y en Secundaria?, ¿se relacionará bien con la gente?”. Actualmente, Victoria ya no piensa en nada de eso porque “ya está superado”, aunque reconoce que “a veces se pasan malos momentos porque la reacción de la gente no es la que tu te esperas”

En cuanto al ocio, San Segundo lo tiene muy claro. Tras probar varias actividades como el ballet, la danza contemporánea, el tenis o el hip-hop, la jóven se decanta por “sus clases de zumba y los conciertos de su hermano”.

Respecto al futuro, la valenciana asegura que continuará luchando para que se cumpla lo que estipula la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, porque muchas veces “se vulnera”.

“Me gustaría que la gente sepa que tenemos derecho a una vivienda, a la participación social o a la educación inclusiva. También me gustaría que se reconozcan las capacidades que tenemos y potenciarlas al máximo”, afirma.

(SERVIMEDIA)
15 Mayo 2016
NFS/gja/gfm