En febrero del año pasado, la FSG recibió una donación compuesta por 284 obras de arte (óleos, grabados, dibujos y bocetos) del pintor burgalés Luis Sáez, de manos de su hijo Javier.

Según la fundación, Javier Sáez quiso así que las obras de su padre reviertan en la sociedad y que lo que se recaude con su venta se invierta en becas para la educación y formación de las mujeres gitanas.

Considera que infrarrepresentación de gitanos en la universidad es un indicador más de una situación social que afecta a amplias capas de la comunidad gitana, marcada por la exclusión, la pobreza y la fuerte brecha de desigualdad respecto a los estándares del resto de la población española.

Por eso, este proyecto quiere mejorar esa situación y abrir un canal para el éxito educativo y profesional de mujeres gitanas, apoyando su proceso de promoción social.

Para lograrlo les sufragará el acceso o continuación en estudios de posgrado y les facilitará orientación y asesoramiento. En último término, busca servir de inspiración y referencia a la juventud gitana.