Lo hará a través de una proposición no de ley que ha registrado en el Congreso junto a Miguel Ángel Bustamante con la que pretende "canalizar directamente" la demanda de la comunidad educativa ante la inminencia del inicio del nuevo curso.

Precisan que no quieren paralizar la aplicación de la LOMCE dejando lo que ya se ha implantado, sino derogarla. Para ello proponen medidas transitorias pero urgentes de cara al nuevo curso y que estarían vigentes hasta la entrada en vigor de una propuesta consensuada sobre las líneas que ya han apuntado los colectivos educativos y los partidos que se comprometieron con esa derogación.

Garzón denuncia que las nuevas iniciativas presentadas por el PSOE recortan "de forma sustantiva" algunos puntos de lo que ese partido firmó anteriormente y, por ejemplo, "no mencionan la retirada inmediata de los conciertos a los centros que incumplan las exigencias establecidas o el rechazo a la supresión de líneas en centros públicos que favorecen a la privada-concertada".

Tampoco dicen nada, denuncia, de la necesidad de restituir los servicios de comedores y transporte, ni asumen el compromiso de que la asignatura de Religió, además de no evaluable esté fuera del currículo y del horario escolar. No mencionan el apoyo expreso a la universalisación de la educación infantil pública y apoyar la compensatoria ni la necesidad de suprimir los incrementos de tasas universitarias y la paralización del '3+2', prosigue Garzón.

Finalmente, concluye, aunque el PSOE menciona "de forma general" la necesidad de restituir las condiciones de trabajo previas a 2012, no nombran expresamente la "estabilidad laboral e igualdad de derechos laborales del profesorado interino, de educación de adultos y de educación a distancia y del personal no docente", como sí se hacía en aquel acuerdo.

Izquierda Unida pretende que ese acuerdo sea "bandera" de las movilizaciones al inicio del curso mientras en el Congreso las formaciones que lo firmaron negocian una alternativa.