En declaraciones a Servimedia, Martínez recordó que “ya había hombres trabajando en las cárceles de mujeres antes de la ley, por lo que esto no es una novedad”.

Por ello, afirmó que “es muy grave que se confundan y se mezclen esas dos cuestiones”, ya que este ha sido “un hecho aislado y puntual, que para nada tiene que ver con la unificación de escalas en los cuerpos de funcionarios de prisiones”.

A su juicio, “establecer este paralelismo es echar por tierra años de reivindicaciones”, pues en la situación anterior “siempre se ofrecían menos plazas de mujeres que de hombres (en tanto que hay menos reclusas)”, y había muchas denuncias al respecto.

DISCRIMINACIÓN

Por eso se modificó la ley, "pues suponía una clara discriminación en función del sexo y el acceso al empleo público no puede ser segregador”, subrayó la secretaria general.

Además, afirmó que “en Cataluña y en países de nuestro entorno las escalas masculina y femenina están unificadas desde hace tiempo y funcionan con normalidad”.

Actualmente se vive un proceso de normalización, como ya sucedió en el Ejército y otros cuerpos del Estado, apuntó Martínez, quien reiteró que “siempre se mantiene un principio de proporcionalidad en los funcionarios que trabajan en cada prisión”.

“En todas las cárceles hay funcionarios y funcionarias, antes y después de la ley, y de hecho los dos suspendidos estaban ya en esa prisión con anterioridad”, destacó.

Finalmente, Martínez explicó que Madrid I era una cárcel de jóvenes y que hace relativamente poco se convirtió en cárcel de mujeres, “por lo que en la actualidad hay más funcionarios, pero eso se irá normalizando”.