El Proyecto Gran Simio denuncia el aumento del tráfico ilegal de especies amenazadas

MADRID
SERVIMEDIA

Una tercera parte del comercio internacional de especies de fauna y flora silvestre, sus restos y productos derivados es producto de actividades de tráfico ilegal de ejemplares en peligro introducidas por contrabando, según un informe del Proyecto Gran Simio, en el que se denuncia el aumento del tráfico ilegal de especies amenazadas.

Según afirma el director ejecutivo de esta organización en España, Pedro Pozas, el comercio internacional con especies de fauna y flora silvestre es hoy "un gran negocio que mueve millones de euros cada año".

Aunque "gran parte de este volumen corresponde a transacciones comerciales legales", reguladas por distintas leyes y tratados internacionales, Pozas advierte de que una tercera parte de este comercio "responde a actividades ilegales de tráfico de especies en peligro introducidas de contrabando".

Titulado "Tráfico de especies: una asignatura pendiente", el informe lamenta que, aunque 2010 "ha sido declarado Año Internacional de la Biodiversidad y se realizan cientos de eventos, jornadas, conferencias y ferias", realmente "no se están poniendo medidas para frenar a las multinacionales en su avance hacia una destrucción desenfrenada". Gran Simio afirma que "el grave problema del tráfico de especies, en lugar de remitir, aumenta".

Estados Unidos, Japón, Europa y los países del Este son los principales consumidores de naturaleza silvestre del mundo, destino de un comercio que tiene en los países en vías de desarrollo (Sudamérica, África y Asia) a sus principales proveedores. Según datos de esta organización, "más de 5.000 especies desaparecen de la faz de la Tierra cada año".

Así, Gran Simio alerta de la situación de especies como el tigre de bengala, el elefante asiático y africano, el rinoceronte blanco y negro, el panda gigante, el loro negro asiático, los grandes simios, la tortuga marina, el tucán, árboles de madera preciosa como la caoba y plantas como orquídeas y cactus.

SOLUCIONES

La solución, para Pozas, "es bien sencilla". "Si no hay cliente, no existe vendedor. Sin el vendedor, desaparece el mayorista y con él, el tráfico se hunde y se disipa", señala en el informe.

Por esta razón, el Proyecto Gran Simio anima a "decir no" a la compra de animales exóticos como reptiles, peces tropicales y loros, para frenar "el tráfico ilegal de especies y mascotas tropicales".

"Disfrutar de un loro parlanchín o un guacamayo significa que otros muchos han muerto en el camino. No merece la pena tanto sacrificio por sólo un capricho", concluye Pozas en su informe.

(SERVIMEDIA)
09 Mayo 2010
LLM/caa