Así se recoge en el 'Informe Mundial de las Ciudades 2022', elaborado por ONU-Habitat y dado a conocer este miércoles en el Foro Urbano Mundial, que se celebra hasta este jueves en Katowice (Polonia).

Esta agencia de la ONU exige un mayor compromiso por parte de los gobiernos nacionales, regionales y locales, y alienta una mayor adopción de tecnologías innovadoras y conceptos de vida urbana como la "ciudad de 15 minutos", popularizada en París, Melbourne y otros lugares, en la que se prevé que los residentes puedan satisfacer la mayoría de sus necesidades diarias en un viaje de 15 minutos.

Además, el informe reafirma la idea de ONU-Habitat de que lograr ciudades equitativas e inclusivas implicará un nuevo contrato social en forma de renta básica universal, cobertura sanitaria, así como vivienda y servicios básicos para todas las personas.

Según ONU-Habitat, el éxodo de las grandes ciudades a las zonas suburbanas debido a la covid-19 fue temporal y no alterará el curso de la urbanización global. Ya sea en busca de un empleo remunerado o de educación, o para refugiarse de los conflictos, las ciudades siguen siendo focos de oportunidades.

El informe indica que todas las regiones del mundo se urbanizarán más, pero prevé que la población urbana de las regiones más desarrolladas se estabilice o incluso disminuya.

MÁS POBREZA

Por otro lado, el informe señala que la pandemia ha revertido años de progreso en la lucha contra la pobreza al dar lugar a la aparición de nuevas personas pobres que habrían salido de la pobreza en ausencia de la pandemia, pero siguen siendo pobres, y que han caído en la pobreza debido precisamente a la crisis de la covid-19.

Así, el número de personas afectadas por la pobreza fue de entre 119 y 124 millones, cifra que aumentó a entre 143 y 163 millones en 2021. La mayoría de las nuevas personas pobres viven en zonas urbanas, lo que supone una carga adicional para los gobiernos locales, ya desbordados.

Por otra parte, el informe recalca que el empleo sumergido es una realidad inevitable de la urbanización, especialmente en los países en desarrollo, por lo que las ciudades y los Gobiernos deben poner fin a la exclusión de los trabajadores del sector informal en todas las esferas del quehacer urbano y deben reconocer las legítimas contribuciones de los trabajadores informales a la economía y poner fin al acoso y la penalización.

En las economías de mercado emergentes y en desarrollo, el sector informal contribuye a un tercio de todo el PIB generado y a más del 70% del empleo. Esta última cifra llega al 85,8% en África.

El aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y de las catástrofes naturales, como las inundaciones, las olas de calor y los deslizamientos de tierra, afectarán sobre todo a las zonas urbanas, lo que hace que la adaptación al cambio climático sea una preocupación primordial. Las zonas urbanas son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que las ciudades deben actuar como líderes de la acción climática para cumplir el objetivo de que el planeta no se caliente 1,5 grados más respecto a la era preindustrial, fijado por el Acuerdo de París.

La transición hacia las emisiones netas cero de gases de efecto invernadero debe producirse lo antes posible, pero hasta la fecha esta transición ha estado marcada por la falta de ambición y los escollos políticos, según ONU-Habitat.