El águila calzada dedica dos meses al año a migrar entre España y África

- Inverna a más de 2.400 kilómetros de los lugares donde cría, según SEO/BirdLife

MADRID
SERVIMEDIA

El águila calzada es un ave rapaz que cría en los bosques y se alimenta fuera de ellos, y vuela dos meses al año tanto desde la Península Ibérica hasta el interior de África (migración otoñal) como para hacer el recorrido inverso (migración primaveral) a velocidades de hasta 70 km/h y con distancias que pueden llegar a los 250 kilómetros al día.

Así se recoge en ‘Migración y ecología espacial de la población española de águila calzada’, la segunda monografía del programa Migra de SEO/BirdLife, desarrollado durante siete años de trabajo en colaboración con la Fundación Iberdrola España, y que fue presentada este miércoles en una rueda de prensa en Madrid.

La directora de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, destacó que el documento se ha elaborado gracias a la marcación de 21 ejemplares de águila calzada (‘Aquila pennata’), que han proporcionado alrededor de 83.000 localizaciones en más de 194.000 kilómetros, lo que supone quintuplicar el ecuador de la Tierra.

Ruiz comentó que las aves son “un fantástico termómetro para saber si un ecosistema goza o no de una perfecta salud” y las calificó de “refugiados migratorios con alas” porque algunas especies “nos llevan advirtiendo del que quizá sea el mayor reto ambiental al que se enfrenta la humanidad, que es el cambio climático”.

“Podemos decir alto y claro que los efectos del cambio climático están aquí, que no solamente España se seca y se quema y es el país de Europa más vulnerable a sus efectos, sino que tenemos datos irrefutables de que el comportamiento de nuestras aves está cambiando y algo tenemos que hacer”, añadió.

¿CÓMO ES EL ÁGUILA CALZADA?

Por su parte, Vicente Urios, de la Universidad de Alicante y autor principal del estudio, apuntó que el águila calzada es una rapaz que pesa entre 600 y 1.000 gramos, y tiene unos 120 centímetros de envergadura. Se trata de una especie que cría en los bosques y se alimenta en zonas abiertas.

El estudio indica que las águilas calzada dedican cerca de dos meses al año a migrar, cinco meses a permanecer en zonas de cría y algo más de otros cinco meses en áreas de invernada.

Durante el periodo reproductor, todas las águilas calzadas adultas se encuentran en las zonas de cría, ubicadas por zonas forestales de la Península Ibérica, aunque pueden estar en grandes extensiones de hábitat alrededor de sus nidos, llegando a desplazarse hasta a 75 kilómetros diarios en busca de alimento.

La mayoría de las águilas calzadas son migradoras transaharianas. Durante su migración se concentran en el estrecho de Gibraltar para cruzar el mar hasta África, y atraviesan el desierto del Sáhara hasta dispersarse en forma de embudo, con lo que cruzan sobre todo Argelia, Mali y Mauritania.

La migración otoñal se prolonga desde principios de agosto hasta principios de octubre, con una duración media de 23 días. La migración primaveral abarca habitualmente del 25 de febrero al 21 de marzo y dura unos 28 días. Esas diferencias estacionales se deben a que las rutas son significativamente más rectas y los días de parada son menos frecuentes en otoño.

La distancia diaria de vuelo es mayor en otoño (entre 143 y 253 kilómetros al día) que en primavera (de 136 a 234 kilómetros diarios), con casos contados de más de 400 kilómetros al día. La distancia diaria recorrida es mayor en primavera al cruzar el desierto del Sáhara. Las águilas calzadas vuelan en migración activa a velocidades de entre 40 y 70 km/h.

Las águilas calzadas llegan a sus áreas de invernada en África principalmente entre septiembre y octubre, donde permanecen una media de 163 días hasta retornar a sus áreas de cría entre febrero y marzo. Las zonas de invernada se sitúan en el Sahel occidental, a entre 2.400 y 3.400 kilómetros de sus territorios de cría.

Sin embargo, hay zonas ubicadas más al sur, lo que en conjunto da una franja de más de 900 kilómetros de amplitud en la que se sitúan los cuarteles de invernada, que abarcan ocho países africanos: Mauritania, Mali, Níger, Burkina Faso, Guinea, Sierra Leona, Nigeria y Chad. Ocupan mayoritariamente superficies cubiertas por vegetación herbácea con arbolado disperso (sabanas) y, en menor medida, mosaicos de vegetación y tierras de cultivo.

Desde la década de 1980 se ha producido un aumento del número de ejemplares que permanecen durante el invierno en la Península Ibérica y, en general, en la cuenca del Mediterráneo, con lo que, como comentó Urios, son “buenos indicadores” del cambio climático.

Por último, el director de la Fundación Iberdrola España, Ramón Castresana, indicó que su compañía es una de las eléctricas “más activas contra el cambio climático” y la primera en el mundo en instalaciones de energías renovables, además de recordar que acaba de anunciar que quiere cerrar sus centrales térmicas de carbón.

(SERVIMEDIA)
15 Nov 2017
MGR/gja