Bono fue uno de los destacados dirigentes del PSOE que intervino en el acto organizado por el PSOE para conmemorar “100 años de los socialistas en el Parlamento. Las voces de Pablo Iglesias” en el centenario del registro como diputado del fundador del partido y de UGT.

Aunque alguien “desprecie los ritos”, Bono defendió que el PSOE pueda concederse “la liturgia de sabernos centenarios, de que no nacimos anteayer” y de que existe un referente sobre el que preguntarse qué haría si siguiera vivo.

La respuesta, recordando las Cortes Constituyentes de 1931 presididas por Julián Besteiro, dijo Bono, es que los socialistas siguen recibiendo “probablemente más críticas de las que merecemos” y deben seguir siendo una minoría mayoritaria “de cemento, por su fortaleza y por su apoyo a lo que es el acierto”, y ese acierto es respaldar al Gobierno.

Ser socialista, argumentó, es defender la libertad, la igualdad y la solidaridad, pero también defender las instituciones en las que confían los ciudadanos, y esa confianza es “la que nosotros podamos otorgarles”.

Bono defendió además la política frente a quienes intentan “ganar votos o méritos” diciendo que no son políticos y de quienes, aseguró, cabe sospechar que esconden “un embrión de tiranía o de antidemocracia” en forma de “populismo o demagogia”.