Los holandeses habían invitado a los dos militares españoles a la “casa de los holandeses” en el Mando Conjunto de ISAF (la misión de la OTAN en la zona) para presenciar juntos la final del Mundial, quizás pensando en que iban a ganar, confesaron a Servimedia los dos soldados españoles "infiltrados".

Tras el duro enfrentamiento y el doloroso empate, se llegó a la prórroga. Pero la misión manda y uno de los dos militares españoles entró de servicio. Su compañero, que se quedó solo, intentó “contenerse” cuando marcó Iniesta, pero no pudo y, pese a ser un invitado, festejó el gol saltando y gritando desde la primera fila.

Confiesa que estaba en un lugar “complicado”, porque era zona “hostil” y se encontraba rodeado de personas “armadas”. Por suerte, explicó, las cervezas eran “sin alcohol”.

Al margen de las bromas que se cruzaron unos y otros, los dos militares españoles destacaron la caballerosidad de los holandeses, que reconocieron que España jugó mejor y que los jugadores de su selección habían sido algo sucios en el juego.

Ahora, cuentan estos militares, los efectivos de otras nacionalidades les dan la enhorabuena como si los que hubieran jugado y ganado fueran ellos.