"Con el calor aparecen o se incrementan los síntomas y es entonces cuando un gran número de individuos se dan cuenta de que es preciso hacer algo para calmar sus molestias, indica la experta, quien recomienda a los que sospechen que pueden tener varices acudir al médico una vez al año.

Las piernas cansadas, la pesadez, los tobillos hinchados y la aparición de varículas son los primeros indicios de la insuficiencia venosa, una afección "con gran prevalencia en nuestro medio", explica Puigdellivol.

Y es que, asegura la experta, resulta difícil encontrar personas sin predisposición a tener varices, ya que los factores de riesgo para su aparición van más allá de la herencia. Pueden desarrollarse favorecidas por una vida sedentaria, sobrepeso, profesiones que obliguen a permanecer largas horas de pie o sentado, cambios o tratamientos hormonales o embarazos.

De esta forma, dice, todos "somos potenciales candidatos a tener una insuficiencia venosa", por lo que lo más recomendable es tratar de prevenirla siguiendo consejos sencillos como mover las piernas para no permanecer inmóvil mucho tiempo, elevar los pies en la cama, practicar deporte con regularidad y utilizar zapatos con tacones cómodos.

Del mismo modo, es aconsejable ponerse frío en las piernas, evitar la exposición a fuentes de calor excesivo, mantener un peso adecuado o darse masajes.