Así consta en el "Estudio sobre los Servicios Funerarios en España", elaborado por el Ministerio de Economía y Hacienda y del que se hace eco Servimedia.

La estructura del mercado de servicios funerarios se caracteriza, explica el departamento que dirige Elena Salgado, por una demanda "inelástica" e "intermediada" por las compañías de seguros de decesos.

Pese a que desde el año 1996 los servicios funerarios están liberalizados, existen "trabas" y "restricciones" que obstaculizan el funcionamiento de este mercado.

A ello se suma, añade el informe, que "la decisión de compra se toma de forma imprevista y con desinformación, debido al escaso interés y a la poca frecuencia con la que se demanda el servicio".

Y la cuestión se complica aún más cuando el fallecido cuenta con un seguro de decesos y los familiares tienen que elegir el operador funerario. De este modo, al no existir una regulación específica, "en la práctica son las compañías aseguradoras las que eligen la empresa funeraria que presta el servicio, pudiendo así limitar la competencia efectiva en el mercado".

Economía advierte de que la "información asimétrica" que se produce en este mercado puede llevar a situaciones en las que el cliente no pueda hacer efectivo su derecho a la libertad de elección de la empresa funeraria y a que, en ocasiones, contrate más servicios de los necesarios.

En España cerca de 21 millones de personas están cubiertas, al menos, por una póliza de seguro de decesos

No obstante, el Ministerio de Economía admite que existen "fallos" regulatorios que provocan barreras al acceso y ejercicio de los servicios funerarios.

Esas barreras son el elevado número de autorizaciones necesarias para poner en marcha una funeraria, lo que complica que lleguen nuevos operadores al mercado.