Dana

El acceso a una vivienda se agrava en Valencia para cientos de familias que continúan sin hogar un año después de la dana

- Las familias con menores, personas con discapacidad y personas mayores son las más afectadas

- Este miércoles se cumple el primer aniversario de la dana que inundó la comarca de la Huerta Sur de Valencia

Madrid
SERVIMEDIA

El acceso a la vivienda en Valencia se ha agravado tras cumplirse este jueves un año de las inundaciones provocadas por la dana que dejaron 229 fallecidos, un centenar de municipios afectados y daños en más de 160.000 viviendas.

Muchas familias quedaron repentinamente sin hogar. Jessica Casado, una de las afectadas, lleva un año viviendo en un piso de acogida junto a su marido y sus tres hijos esperando a que lleguen las ayudas. Mientras, continúa pagando la hipoteca de una casa declarada inhabitable que será demolida la próxima semana.

Las consecuencias de la dana han provocado un retroceso en las condiciones habitacionales de miles de personas: aumento de los realojos temporales y encarecimiento de los alquileres en los municipios receptores. Además, a lo largo de este año se han registrado demoras en la recepción de las indemnizaciones y las ayudas.

Para paliar, en parte, esta situación, Casa Caridad, una entidad que atiende a personas sin hogar y en riesgo de exclusión social, adquirió once viviendas en el municipio valenciano de Torrent para familias afectadas por la dana. Las ayudas procedentes de donaciones privadas y el apoyo institucional superaron los 5,8 millones de euros.

“Destinamos una parte importante de ese dinero al proyecto Fénix Torrent que se tradujo en la compra de las 11 viviendas para aquellas personas que lo perdieron todo”, explicó la presidenta de Casa Caridad, Elena Sánchez, en una entrevista a Servimedia.

Esta iniciativa ofrece un hogar temporal, priorizando a las familias más vulnerables, como aquellas con menores a cargo, mujeres solas, personas mayores o con discapacidad. La presidenta enfatizó que “lo importante no es la fecha de salida, sino que salgan con un futuro posible”.

Son viviendas temporales, pero “sin límite rígido de tiempo”, destacó Sánchez, que permiten a las familias “permanecer el tiempo necesario” para recuperar estabilidad y poder rehacer su vida.

REALOJO TEMPORAL

En una de estas casas reside desde hace un año Jessica Casado junto a su marido y sus tres hijos. Aquel 29 de octubre de 2024 el agua anegó el edificio donde residía en el municipio de Torrent. “Llevaba 20 años luchando para pagar esa casa y de la noche a la mañana lo perdimos todo”, reconoció Jessica Casado en una entrevista a Servimedia, con motivo del primer aniversario de las inundaciones.

En las primeras horas de la riada cogieron rápidamente “cuatro cosas de los niños” y se fueron a la casa de la madre de la joven, alejada de la zona cero, donde permanecieron varios días.

La vía del alojamiento temporal llegó a través de una derivación municipal y tuvieron la oportunidad de conocer el proyecto Fénix Torrent de Casa Caridad donde les brindaron apoyo a través de una vivienda.

“Me siento una privilegiada porque fui una de las primeras en acceder a uno de estos pisos. Y aquí estamos provisionalmente”, manifestó la joven, que cada día pasa junto a los restos de la que fue su casa y cuya hipoteca aún sigue pagando.

Por su parte, la presidenta de la entidad matizó que no se trata tan sólo de entregar una llave. “Ofrecemos atención psicológica, apoyo educativo, mediación laboral y búsqueda de una solución habitacional definitiva. Perseguimos que cada familia pase del refugio a la reconstrucción, de la emergencia a la esperanza”.

MENORES SIN TECHO NI ESTABILIDAD

Para establecer el nivel de urgencia de cada caso, Casa Caridad realizó entrevistas sociales y visitas al entorno. “Hay historias que se ven en los ojos. Familias que llegaron con lo puesto, aún en shock”, desarrolló Sánchez.

La organización no gubernamental (ONG) valenciana continúa en la actualidad tramitando la reinstalación de damnificados por la dana.” Ahora vamos a realojar a cuatro familias con niños pequeños que son los más afectados porque los menores necesitan estabilidad para volver a sonreír”, insistió.

Según un estudio elaborado por Save the Children y la Universidad de Valencia, tras un año de las inundaciones del 29 de octubre de 2024, se comprobó que “más del 30% de los niños afectados aún sienten las consecuencias de la dana, lo que implica una crisis habitacional significativa para muchas familias”.

El documento apunta además que las secuelas de la tragedia han impactado profundamente en el bienestar emocional y físico de los menores, quienes enfrentan un futuro incierto.

Por su parte, Amnistía Internacional presentó recientemente el informe ‘Llueve sobre mojado. La dana: impactos de la crisis climática en un escenario de crisis estructural de vivienda’. “La catástrofe meteorológica causó daños a aproximadamente 160.000 viviendas, afectando a más de 200.000 niños, lo que refleja la magnitud de la crisis habitacional en la región”, señaló la organización.

Casa Caridad dio prioridad a aquellas familias más golpeadas por las inundaciones y con mayor riesgo de vulnerabilidad, es decir, con menores a cargo, mujeres solas, personas mayores o con discapacidad. “Evaluamos cada caso junto a los Servicios Sociales de Torrent para garantizar justicia y urgencia en la selección”, explicó.

Las familias que ya vivían al límite antes de las inundaciones ahora se enfrentan a condiciones aún más difíciles. “Lo único que teníamos era la casa. Actualmente mi marido y yo estamos sin trabajo, sólo recibimos el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Esperamos que algún día lleguen las ayudas y podamos comprar un piso pequeñito y recuperar nuestra vida de antes”, manifestó Jessica Casado.

ABANDONO DE LOS 'PUEBLOS DANA'

La situación se ha visto agravada por el aumento de los precios de alquiler en los municipios receptores. El mercado de la vivienda se ha convertido en un “laberinto inalcanzable”, con precios desorbitados y una oferta cada vez más limitada. Elena Sánchez explicó que “hay casos de personas que llevan más de un año esperando para poder volver a su casa, y esa falta de certeza mina su salud emocional”.

En este contexto, muchas familias se han visto obligadas a marcharse a viviendas de allegados o a alquileres en ciudades cercanas, y no han regresado debido a la incertidumbre sobre los plazos de reparación y las ayudas efectivas.

A lo largo de este año se ha observado un fenómeno de salida de población desde los ‘pueblos dana’ (los más afectados) hacia municipios receptores con mayor población y mejores infraestructuras. “Hay casas vacías y calles llenas de tristeza en esos pueblos. Recuperarlos exige inversión y esperanza. Donde vuelve la vida, vuelve la comunidad”, sostuvo la presidenta de Casa Caridad.

Para hacer frente a un mercado de la vivienda ‘hipertensionado’ y al desplazamiento de familias vulnerables propuso "implementar medidas de regulación temporal e incentivar y promocionar la vivienda social".

Además, hizo un llamamiento para que los 13 municipios más golpeados reciban “refuerzo técnico, fondos ágiles y coordinación estable”. Aseguró que "no se puede esperar meses cuando el agua se lo ha llevado todo" y subrayó que es necesario “simplificar licencias, acelerar informes y priorizar la emergencia habitacional”.

“La burocracia no puede frenar la reconstrucción necesaria para devolver la esperanza a las familias afectadas y tampoco podemos permitir que la solidaridad se convierta en negocio”, concluyó Sánchez, enfatizando la necesidad de una respuesta ágil y efectiva ante la crisis habitacional que persiste en la región.

(SERVIMEDIA)
29 Oct 2025
AOA/gja