Ese acuerdo tiene como fin obtener, de un lado, la garantía de exención de enfermedades, y, de otro, potenciar la capacidad física de los más de 5.000 toros que se prducen en las más de 80 ganaderías bravas de la región.

Salinas señaló que ese programa supondrá una inversiónde 150 millones de pesetas y destacó la receptividad de los ganaderos firmantes del acuerdo.

"La importancia de la ganadería de bravo en nuestra región ha hecho que se continúe el control que ya estaba establecido en el ganado manso", añadió.

A juicio de Salinas, "los controles de enfermedades como brucelosis o tuberculosis van a ser fundamentales para el desarrollo posterior de esta ctividad ganadera".

La campaña va a consistir en controles periódicos de las casi 15.000 cabezas reproductoras de bravo y de las reses nacidas durante el año, procediéndose al sacrifico de las que no superen este control.

El director general matizó que "por el especial comportamiento de los toros se van a aprovechar las labores clásicas de herradero o tentadero para la realización de los controles, siendo altamente positiva la receptivadad que han demostrado los ganaderos, poniendo a nuestra dispsición los medios técnicos necesarios para esta campaña".

Esa iniciativa de la Administración regional es la primera vez que se desarrolla en el territorio nacional. Castilla-La Mancha es la segunda comunidad autónoma productora de toros bravos a escala nacional.